jueves, 17 de marzo de 2011

El que no marcan los relojes

Hay veces en las cuales nos levantamos y vemos todo negro.
Veces en las que de repente nos parece que la vida,el azar,los designios divinos,todo,estuviera en contra nuestra.Momentos en los que la sensación es que no sale una,que se ve todo negro,que nuestras propias limitaciones o carencias superan en mucho a todo aquello que podamos ver.
El propósito de estas líneas no es constituir un mensaje de autoayuda ni nada que se le parezca,sólo el resaltar que los momentos son solamente eso:momentos.Que cada uno,y su concatenación con el que le seguirá,deja una huella y sirve para algo,aún el más duro,o aquel en el cual creemos que entramos en un pozo del que no podremos salir,o que nuestras fuerzas no alcanzan o incluso sentimos que fracasamos en distintos aspectos.
El momento que se vive siempre es el más importante,pero también es la previa del momento que le seguirá,sea que lo vislumbremos con claridad o con total incertidumbre.Hay que tratar de no dejar que los momentos nos abrumen,sino de(por dificil que esto es)tratar de sacar la mayor cantidad de experiencias y cantidad posible de ellos.Es inevitable que nos pasen por arriba,y a veces creamos que nos superan,y puede ser que de hecho nos superen.Incluso los momentos buenos,con su eterna aura de irrealidad.
Pero lo que hay que recordar es que,pase el momento que pase,hay que mantenerse respirando,preparado para cuando pase el temporal(que siempre va a pasar),y dejar que el tiempo,ese eterno enemigo,ese incomprensible rufián que nos suele alejar de las cosas tal y como las pensamos y nos hace perder la perspectiva y ahogarnos en un vaso sin agua,haga su labor,y transcurra,y haga pasar todo,así como hace pasar lo lindo,y aunque sea el momento más feliz de la propia existencia también concluye y sobrevienen otros,hay que reconocerle que también es justo.Y digo esto porque hace lo propio también con los intervalos malos,aquellos que quisiéramos que ni siquiera empiecen,pero también tienen un final.Siempre existe una salida,por más que nos abrume nuestra propia realidad.La vida es mucho más simple,pasa que las personas somos las que la solemos hacer complicada.Será porque siempre necesitamos que tenemos que tener en el acto una respuesta para todo lo que vivimos,y,muchas veces los tiempos de Dios o del azar(según en qué crea cada uno)no son los mismos que los nuestros,y por eso nos parece que ciertos momentos duran una eternidad.
La única condición irrevocable que tiene el tiempo es su inexorabilidad.El pasa,y se toma todos los ratos necesarios,por más pasos que le queramos abreviar.Y,como esto es así,y no queda otra,por más que a veces se anude la garganta y el estómago,o que se anude la vida entera,hay que saber tener una reposera a mano,y una mesita ratona,para sentarse en la puerta a tomar mate,a ver pasar el tiempo y saludarlo,que aunque no seamos amigos,hay que aprender a ir pasándola(la vida)juntos.