lunes, 7 de septiembre de 2009

Día de D

Amanecer.Un sol que no raja la tierra porque se acuerda que no es invierno su época de pleno empleo precisamente,pero una changa siempre es bienvenida con tal de sacar algún pesito mas.En qué estaba?Ah,si,amanecer y un sol firme,mientras en la radio suena un rock,tibio pero convencido,banda sonora del albor del día,a la hora en que todas son esperanzas,promesas y esa sensación de que al mundo puede partirlo un rayo,o pisarlo un dinosaurio,pero nada de eso pasará antes del desayuno.El orden universal tiene también parámetros y bien sabido es que el café con leche viene antes que las utopías.Luego llegan las zapatillas,en matrimonio que ya pasó las bodas de plata con las medias,llegará el buzo y la plata en el bolsillo,y 5 cuadras con sus baldosas que se abroquelan en un local,y entonces medio kilo de flautitas y un paquete de marineras sin sal y 5 pesos(siempre que sea domingo).A desabrochar otra vez las 5 cuadras(cuántos pasos serán?)para que el pan descanse en la mesa,y las marineras a esperar su turno.El reloj bosteza un par de minutos que separan el reposo de otro tranco de 500 metros para otra vez estar sobre la suela y las baldosas,surcando otro punto cardinal y un nuevo ritual,2 o 3 diarios,una revista,algún fascículo(siempre y cuando hoy sea domingo,claro está)y la vuelta en una columna o artículo que mida 5 cuadras y se termine en el momento en que la llave vuelva a besar la cerradura,con lengua y todo,y esa nota que desea sobrevivir a esa súbita e irrefrenable pasión.El mate ya prepara la antesala del mediodía,esa vigilia de las pastas(en tanto y en cuanto hoy es domingo).Adiós a las zapatillas,aunque las medias resistan,paladeando su bigamía con las ojotas,a buscar otra nota y 10 o 15 páginas del diario para amenizar el desayuno y esa sensación de paz,de que gran parte del mundo todavía duerme(porque es domingo,obvio)y esta tramo es una pequeña ventaja que no van a poder descontar ni en la siesta,y así se abrochan una tras otra las vicisitudes de esta mañana,tan apacible,tan victoriosa y melancólica,esa alegría en el pecho si es domingo y de mañana,el sol que también se alegra porque el domingo las horas extras se las pagan el doble...en fin,todas esas cosas que mueren un poquito cuando pasan las 19 y otra vez casi es lunes y tan lunes,y lejos,y que feo,que feo que ya no es domingo

jueves, 28 de mayo de 2009

Sobre trajes y etiquetas

Todos mas o menos tenemos alguien o algo mas o menos en la vida,por quien vivir,lo hayamos pensado en esos términos o no.Detrás de cada persona siempre existe una razón por la cual ocupamos este pedazo de vida que nos toca,hacemos habitualmente mas o menos las mismas cosas semana a semana,hora tras hora,pisamos las mismas calle,usamos los mismos disfraces de personas,repitiendonos aunque vayamos cambiando hasta el hartazgo.Todos,decía,tenemos un motivo para seguir repitiendo siempre lo mismo y sin embargo no morir agobiados por una rutina sutil e imperceptible que si nos detuviéramos a pensar,probablemente no haríamos,por el mero hecho de buscar cambiar,y ese motivo,esa razón,sea persona,cosa,sentimiento,nos sigue impulsando a ser cada día yo,cada día vos,cada día vida.Es asombroso como cada uno hace las mismas cosas por algo o alguién distinto,y confluimos siempre en caminos similares,trabajos,clubes,colegios,facultades.
También muchas veces nos obsesiona el tema de la repetición,y buscamos ser otros,vender otros personajes,que nuestros trajes brillen más que nuestras ropas,que las caretas reluzcan mas que las caras,que los personajes que construimos sean más compradores que las personas que podemos ser,que muchas veces no destellan todo lo que nos gustaría,ni proyectan en la gente ese efecto que nos gustaría conseguir.Las personas que podemos ser muchas veces no son tan atractivas como las que nos gustaría ser,pero una de las paradojas que encierra la vida es precisamente el tiempo que perdemos tratando de disfrazarnos de otros para algún día llegar a ser nosotros mismos,y muchas veces al final del camino no podemos encontrar a la persona abajo del traje,la máscara se queda pegada y no encontramos mas esa cara que devolvía el espejo en ese tiempo en que empezamos a buscar.
Muchas veces escapamos de nosotros mismos buscando ser otros,otros mas adaptados a lo que piden los demas,a la moda,al tiempo,a los cambios,y al final quizá terminamos siendolo,pero solo para ser un espejo que refleje a los otros,y quizá para algunos entre los cuales me incluyo,la felicidad está en llegar al final del día sabiendo que podría haber sido distinto,que podría haber dicho,o hecho o callado,y que quedaron muchas cosas pendientes,pero tranquilo de que el traje que cuelga de la percha cada día,no será el que mejor queda,pero sí el que mas me gusta,el que mejor me representa.En definitiva,que,como dijo alguna vez el gran Mario Benedetti,"solo yo no quisiera ser otro.En realidad,quisiera ser yo,pero un poco mejor"

martes, 26 de mayo de 2009

Anochecer de un día de verano y...

Cuando está por llegar,la lluvia se presiente,a veces en el viento sobre las copas de los árboles,en ese olor a tierra que va a estar mojada,en el agua que se empieza a adivinar atrás del cielo que se corre despacio,aunque un poco asustado.Asustado,que significado en serio tendrá la palabra asustado?que asusta?el hambre?el abandono?errar un gol abajo del arco?pisar la baldosa equivocada?por ahí todo junto...el frío asusta?Son muchas preguntas,casi ninguna con una respuesta demasiado interesante,hasta que el pasado viene y te hace esas preguntas que les hizo a otros,en otro tiempo,cuando yo ni siquiera existía y sin embargo me suenan en la cabeza.
El frio pegaba fuerte en la noche cuando la playa ya era recuerdo,y encima hacía falta papel higiénico.Ojotas y rompeviento es una combinación de esas con poca estética pero mucha practicidad de las que el verano del sur del mundo nos regala,y sacan de apuros;las calles de la costa tienen ese aire de tiempo que no pasa,de sentirse teletransportado a un lugar,dentro de las vacaciones,donde las vidas de los demás,de los que siguen en el ruedo transcurren normalmente,pero la propia fluye despacio,como en una siesta.Esa noche que empezaba a caer en Acantilados,casi sin quererlo me pasó algo muy raro,y me crucé con el país.Es curioso el destino,me tocó cruzarme con el país entrando a la madurez,y tenía junto a mí al chico que fui cuando empecé a sentirme hombre.En síntesis,un manojo de mi,contra una cruzada del país.Esa noche,la Argentina tenía puesta una camisa cuadrillé y unas bermudas(la patria siempre es mas valiente que los que la integramos,claro),pero no me di cuenta que era ella hasta que se subió a su Torino y se fue,justo ella se fue en el Torino,ese símbolo de la industria nacional,será que al país le encantan los simbolismos también.
La historia de lo que nos dijimos quizá sería demasiado larga y tediosa,también tengo que reconocer que me daría un poco de verguenza porque esa noche la Argentina,a su manera me cagó a pedos,a pedos por no saber del todo,a pedos por estar en ella y no honrar,y en todo tenía razón,y se llevó puesto mi prendedor clavado en la oreja,también diciendome que me llevaba en ella,aunque quizá no merezca este suelo,la patria,esa patria que cada día sabe doler,también es la misma que cada día se levanta,resurge,y nunca se da por vencida,casi 200 años pero siempre está,a pesar de que un día nos vamos a dormir y el proceso de reorganización y venta de la patria y asesinatos;a pesar de que un día somos campeones del mundo,a pesar de la indigencia,a pesar de que Malvinas,esa esquina perdida,ese gol con la mano que no fue,y que fue despues,pero esa mano que nos metimos en el orto,y que Moreno y Maradona y que Castelli y que Borges y Alfonsín y que yo.Esa noche la patria me enseñó que también a ella le gusta respirarse en la lluvia,aunque despues tenga que empujarle el Torino para que arranque,porque aunque nosotros la puteamos,ella nunca se queda quieta,y que aunque todo tiempo pasado fue peor,o mejor,o nunca más;también le gusta aguantar el viento parada con la 5 en la espalda,porque Argentina juega con el 5,no con la 10,aunque nos gustaría creerlo.Porque la patria,como le pasa a nuestros viejos con nosotros,no es la que quisieramos que sea,sino la que puede ser,y esa noche en la costa la patria tenía ojotas y anteojos de sol,y su recibo de veterana de Malvinas a cuestas y su esperanza de que pase lo que pase mañana siempre es otro día,y la nuestra es quiza la única patria en la que siempre hay alguien creyendo que mañana puede ser mejor,y si no sos vos,soy yo,y sino otro,porque lo lindo de la vida,es que nunca para,siempre sigue girando,y sigue escribiendose en cada baldosa,en cada blog.
Pero sin duda,lo que más me sorprendió esa noche,es que a la patria,la del folklore y el mate,y el Martín Fierro,y el ceibo,y el tango,y lo demás,le gustaran tanto,pero tanto los Stones

martes, 13 de enero de 2009

Espíritu barrial

Un barrio se respira en las calles,en las plazas;en las veredas mojadas de la caída de la tarde,en ese olorcito a comida que empieza a florecer antes de que el mediodía nos robe la mañana, o de que la noche se lleve el último retoño de sol que queda por la tarde.Un barrio también es un almacén,puede ser a veces un kiosco,la salida de la escuela.

El barrio también,y sobre todo el mío, es la estación,esa que cuando el barrio es barrio en serio,da nombre a todo el pueblo,y fue el origen de su existencia y de su idiosincracia;es la que pisan miles todos los días,la que lleva y trae,la que abre la puerta y devuelve ese olor característico,esa sensación de estar pisando terreno seguro;es la que le pelea a los colectivos y a los mismísimos autos,solita y su alma,con las mismas armas de siempre por eso también el ADN del barrio nace en la estación,y de ahí se expande por la calle principal, que termina por lo general en una avenida(que por lo general se llama como un general,o algun otro militar),que es la aduana automotor,y también la que alberga bancos y supermercados.

El barrio siempre tiene que tener una plaza,es una obligación,está en su genésis,es la prima hermana de la estación,porque siempre está con ella desde antes de que las calles tuvieran nombre,desde antes que necesitaran uno.La plaza es el punto en el que uno siempre pasa algún tiempo,mas o menos dependiendo de lo feliz que sea en especial la parte de la infancia que a uno le toque transcurrir ahí,pero a ella de poco le importa,siempre aguanta estoica,con su arbolada y sus juegos despintados,por más que a su alrededor el barrio cambie la cara y se superpoble de edificios.Y cerca de la plaza está la Iglesia,o algún otro edificio municipal,o las 2 cosas si hay lugar.

Un barrio también,cuando es bien barrio,es empedrado,sinónimo de que no quiere ser gran ciudad,que le gusta ser así,por más que los asfaltos,esos ostentosos,sean sinónimos de progreso y desarrollo.Ese empedrado tiene que tener chicos jugando en la calle,aunque se rompan la rodilla cayendo contra los adoquines,que de tan pintorescos no están hechos para el fútbol amateur.Si alguien le pide el documento a un barrio,tiene que poder sacar árboles del bolsillo,regalar su foto carnet con las veredas,el cartel de la estación,su huella digital que está en la plaza,en las pisadas de cada uno de los que lo hacen cada día,los que lo levantan y le avisan que empieza una página de su historia,la de todos.
En tiempos como estos,en los que poco es de todos y mucho de pocos,un barrio,el mío,como si tuviera una constitución aparte que dijera que es de todos aquellos que se dignen a pisar orgullosamente su suelo,es de las pocas cosas,que siguen siendo de todos

lunes, 5 de enero de 2009

No te podés perder...

"Cuando llegás a la esquina,vas a ver un puesto de diarios,ahí doblás a la izquierda y serán cinco o seis cuadras...no te podés perder"
La mayoría de nosotros alguna vez en la vida recibió(o dio)por lo menos una vez una indicación de ese estilo.Tres cuadras más,una florería o un quiosco menos,pero a quién no le tocó alguna vez que le preguntaran como llegar a tal o cual lado?
Bueno,a lo que iba con esto es que casi siempre alguien en ese consejo mete esa frasecita "no te podés perder",y es casi una imposición.De hecho,molesta mucho cuando preguntás como llegar y te contestan eso,al final de cuentas,uno tiene todo el derecho de perderse que quiera,o no?Hasta diría que genera un efecto intimidante,porque nos quita la posibilidad siquiera remota de confundirnos,de doblar en una esquina parecida,de ver una parrilla distinta,de hacer exactamente ese mismo recorrido y terminar en otro lado,porque a veces las calles de los barrios se encaprichan,y no les caen(caemos)del todo bien los extranjeros,y los adoquines parece empeñarse en ocultar las entrañas de la dirección que buscamos,y se complotan entre ellas para parecerse unas y otras,para hacer que los puntos de referencia sean confusos y de esta manera aquellos que son ajenos al sentir del barrio,les lleve más de la cuenta encontrar la cancha,la casa de la tía,o el puterío famoso.
También está la otra alternartiva,la de esos a los que les gusta dar vueltas sin más,y no llegar a encontrar el destino buscado,sino solo quedarse en los enredos,vivir en el laberinto,vivir buscando también,aunque no se sepa muy bien lo que se busca.Creo que a todos también nos puede haber pasado alguna vez ser uno de ellos,de los que buscan saber que andan buscando,porque quiza ya están en la puerta,o de los que buscan la puerta que es suya,porque hay muchas similares.En esos casos las calles de nuestro propio barrio a veces nos hacen perdernos,porque tampoco queremos salir,es más tranquilo quedarse adentro.
A pesar de todo,para los momentos en los que nos decidimos a buscar,siempre es de suma utilidad tener cerca alguién que sepa dentro de cuantas cuadras doblar,o cual es el locutorio que hay que buscar para saber que estamos enfrente...aunque si,también nos podamos perder