Cuando está por llegar,la lluvia se presiente,a veces en el viento sobre las copas de los árboles,en ese olor a tierra que va a estar mojada,en el agua que se empieza a adivinar atrás del cielo que se corre despacio,aunque un poco asustado.Asustado,que significado en serio tendrá la palabra asustado?que asusta?el hambre?el abandono?errar un gol abajo del arco?pisar la baldosa equivocada?por ahí todo junto...el frío asusta?Son muchas preguntas,casi ninguna con una respuesta demasiado interesante,hasta que el pasado viene y te hace esas preguntas que les hizo a otros,en otro tiempo,cuando yo ni siquiera existía y sin embargo me suenan en la cabeza.
El frio pegaba fuerte en la noche cuando la playa ya era recuerdo,y encima hacía falta papel higiénico.Ojotas y rompeviento es una combinación de esas con poca estética pero mucha practicidad de las que el verano del sur del mundo nos regala,y sacan de apuros;las calles de la costa tienen ese aire de tiempo que no pasa,de sentirse teletransportado a un lugar,dentro de las vacaciones,donde las vidas de los demás,de los que siguen en el ruedo transcurren normalmente,pero la propia fluye despacio,como en una siesta.Esa noche que empezaba a caer en Acantilados,casi sin quererlo me pasó algo muy raro,y me crucé con el país.Es curioso el destino,me tocó cruzarme con el país entrando a la madurez,y tenía junto a mí al chico que fui cuando empecé a sentirme hombre.En síntesis,un manojo de mi,contra una cruzada del país.Esa noche,la Argentina tenía puesta una camisa cuadrillé y unas bermudas(la patria siempre es mas valiente que los que la integramos,claro),pero no me di cuenta que era ella hasta que se subió a su Torino y se fue,justo ella se fue en el Torino,ese símbolo de la industria nacional,será que al país le encantan los simbolismos también.
La historia de lo que nos dijimos quizá sería demasiado larga y tediosa,también tengo que reconocer que me daría un poco de verguenza porque esa noche la Argentina,a su manera me cagó a pedos,a pedos por no saber del todo,a pedos por estar en ella y no honrar,y en todo tenía razón,y se llevó puesto mi prendedor clavado en la oreja,también diciendome que me llevaba en ella,aunque quizá no merezca este suelo,la patria,esa patria que cada día sabe doler,también es la misma que cada día se levanta,resurge,y nunca se da por vencida,casi 200 años pero siempre está,a pesar de que un día nos vamos a dormir y el proceso de reorganización y venta de la patria y asesinatos;a pesar de que un día somos campeones del mundo,a pesar de la indigencia,a pesar de que Malvinas,esa esquina perdida,ese gol con la mano que no fue,y que fue despues,pero esa mano que nos metimos en el orto,y que Moreno y Maradona y que Castelli y que Borges y Alfonsín y que yo.Esa noche la patria me enseñó que también a ella le gusta respirarse en la lluvia,aunque despues tenga que empujarle el Torino para que arranque,porque aunque nosotros la puteamos,ella nunca se queda quieta,y que aunque todo tiempo pasado fue peor,o mejor,o nunca más;también le gusta aguantar el viento parada con la 5 en la espalda,porque Argentina juega con el 5,no con la 10,aunque nos gustaría creerlo.Porque la patria,como le pasa a nuestros viejos con nosotros,no es la que quisieramos que sea,sino la que puede ser,y esa noche en la costa la patria tenía ojotas y anteojos de sol,y su recibo de veterana de Malvinas a cuestas y su esperanza de que pase lo que pase mañana siempre es otro día,y la nuestra es quiza la única patria en la que siempre hay alguien creyendo que mañana puede ser mejor,y si no sos vos,soy yo,y sino otro,porque lo lindo de la vida,es que nunca para,siempre sigue girando,y sigue escribiendose en cada baldosa,en cada blog.
Pero sin duda,lo que más me sorprendió esa noche,es que a la patria,la del folklore y el mate,y el Martín Fierro,y el ceibo,y el tango,y lo demás,le gustaran tanto,pero tanto los Stones
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