viernes, 24 de diciembre de 2010

Ausencias

Cosa rara las estructuras mentales que tenemos los humanos.Por ejemplo,por qué será que hacemos una evaluación o raconto o balance de lo hecho,lo postergado,lo incumplido,lo ocurrido,más cuando se acerca el 31 de diciembre que en otra época del año.Tampoco tengo muy en claro por que al llegar a este momento del calendario,a uno se le da por extrañar más a la gente que ya no está.
En realidad,alguna que otra idea tengo,por ejemplo el hecho de que al haber reuniones,hay una especie de nostalgia por lo que era y con la ausencia de esas personas ya no es,o una sensación de extrañar no sólo a quien no está,sino también extrañar los momentos y las personas que era uno en presencia de ellos,máxime cuando la persona ausente era parte fundamental de quién era uno ese momento.
Sea como fuere,sea racional o irracional,creo que deviene inevitable extrañar un poco más,latir de otra manera cuando se acerca este punto en el cual el calendario marca que hay que sentirse un poco así.No es que esté de acuerdo,y ni siquiera que lo acepte ni que me parezca bien.Tan sólo es.
Y bueno,como calculo que los actos de rebeldía están reservados a aquellos momentos que verdaderamente lo ameriten,y,consiguientemente,acato lo que el destino/marketing/calendario depara en estos momentos y sencillamente lo tomo como tal.Ya he hecho en textos anteriores algún elogio de la nostalgia,por lo cual no me queda más que brindar con ella,sintiendo hondamente una mezcla rara de pena,de extrañeza,de sentir/saber que como a gran parte de las personas,todos los días pero pareciera que un poco más en estas fechas,me falta profundamente alguien,un alguien de esos que dejan lugares que sencillamente no se pueden ocupar,porque son roles no intercambiables,sólo destinados a esas personas y nadie más,y eso hace aún más grande ese hueco,que es,como dicen,la única cosa en la vida que no tiene remedio.
Momento de balance,momento de reflexión,o como se quiera llamar,lo que me sale como resultado,es que en la columna de las ausencias tengo una gigante.Por más que uno siempre tenga otras presencias,en otros tantos necesarios lugares,siempre una ausencia grande marca un mojón en el camino.Si,como dicen,todos nos encontramos arriba,espero que ellá me esté esperando en una estrellita,porque tengo muchas ganas de volver a abrazarla y verla sonreir.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Estaciones

Creo que puede pasar muy a menudo en relación a varias circunstancias.Uno ve el mismo objeto muchas veces,y no le dice nada,no le cambia ni modifica nada,hasta que un día en vez de ver observa,y,al observar,eso a lo que no le había prestado atención,le revela detalles nuevos,o aristas inexploradas.
Este prólogo era para referir que muchas veces(de hecho,casi a diario)viajo en algún medio de transporte público.Como es normal,cualquier vehículo que une dos puntos tiene un intervalo a recorrer que deja como saldo diversos puntos entre la partida y la llegada,obviamente,pero,en algunos de ellos tienen mas importancia que en otros.Por ejemplo,en un colectivo,si bien tiene sus paradas definidas,puede suceder que no haya ningún pasajero que pretenda subir o bajar en ese punto,con lo cual el conductor puede seguir tranquilamente su recorrido sin inmutarse.Un taxi,o un remise en cambio,ni siquiera tiene varias paradas preestablecidas,y puede dedicarse a vagar por la ciudad esperando que alguien la haga la característica seña(que por otra parte es la misma que se utiliza para marcarle al colectivo que se detenga,punto este que los une)que lo transforme en ese instante de potencial pasajero a efectivo contratante del servicio.
En los vehículos que utilizan vías,a diferencia de los antes mencionados,los puntos de detención son inevitables.Un tren o un subte,no puede evitar parar en cada una de las estaciones,por más que en alguna de ellas no se produzca movimiento de pasajero alguno.Tal y como está definido su recorrido,se debe cumplir con cada una de sus paradas de manera ritual.Y es en este detalle que me quiero quedar.Porque,como decía arriba,casi todos los días uso al menos uno de los vehículos mencionados,pero recién en las últimas semanas me detuve a pensar la relación existente entre las estaciones,particularmente las del subte que me tocan transitar.Elijo las de subte,porque,a diferencia de las de tren,que se identifican por los barrios en los cuales estan insertas,aquellas tienen diversas motivaciones,y,como en general tienen distancias más cortas entre sí,sus nombres tienen otros orígenes,y me interesaba hallar su concatenación,así que ahí va:
Mi recorrido inicia en Facultad de Medicina,estación que debe a su nombre a aquella entidad,aunque con el paso de los años,y el cambio de edificio de aquel establecimiento,el punto de detencion esté geográficamente en su par de ciencias económicas.La segunda detención es en Pueyrredón,debiendo su nombre a la Avenida en la cual está,llamada así por un militar y político,integrante del primer triunvirato de gobierno,y años más tarde,director supremo de las provincias unidas del Río de la Plata.Después de Pueyrredón,viene Agüero,otra estación que debe el nombre a la calle que circula por sobre ella,nombrada así por un sacerdote y político argentino,unitario,y ministro del gobierno de Rivadavia.El siguiente paso es Bulnes,otra calle,otro militar y político,pero éste presidente de Chile en dos períodos en el siglo XIX.A Bulnes le sigüe Scalabrini Ortiz,calle que cambió de nombre hace relativamente pocos años,y debe su nomenclatura a un pensador,historiado y perdiodista argentino,de la corriente revisionista.Luego de Scalabrini viene una estación que no debe su nombre específicamente a una calle,sino a un lugar geográfico,Plaza Italia,renombrada así a comienzos del siglo pasado,y desde la cual partió el primer tranvía eléctrico de Buenos Aires.A ésta le sigue otra estación que debe su nombre al barrio y no a la calle,y es Palermo,barrio clásico de la capital,nombrado así por su homónimo italiano,y en constante refundación en los últimos años.El recorrido avanza hacia Ministro Carranza,denominada así en honor a un ministro de defensa del gobierno de Alfonsín que murió en el año de inauguración,1987.La máquina sigue hacia Olleros,estación que vuelve a tener nombre de calle,y nuevamente calle con nombre de militar,que combatió en Cancha Rayada y Maipú.La siguiente detención es en la calle José Hernández,en este caso un escritor,autor de una obra clásica de la literatura argentina,el Martín Fierro.La última estación en mi camino es Juramento,también calle,y denominada así por el río en el cual Belgrano hizo jurar la bandera argentina al ejército del norte.
Repasando,el camino que hago enlaza una facultad donde se estudia para curar personas,con un militar que gobernó los primeros años de nuestro país como tal,con un sacerdote liberal,un militar y presidente chileno,un pensador nacionalista de izquierda,una plaza caracteristica,un barrio antes arrabalero y hoy elitista,un ministro fallecido en ejercicio de la función,un militar combatiente en las luchas por la independencia,el poeta que caracterizó la épica gauchesca y el bautismo de nuestra insignia patria.
A riesgo de haber aburrido con esta explicación,el objetivo de este texto era tratar de identificar una posible relación entre estos elementos,pero,a medida que lo iba desarrollando,entendí que es muy posible que sea análogo a como se entrelazan los momentos en la vida.Por empezar,las estaciones se han ido construyendo e inaugurando a lo largo de diversos años,bajo diferentes gobiernos en ideología y origen e incluso en motivaciones que los inspiraron a construirlas,e incluso en estos momentos se siguen desarrollando.Y en esto creo que a cada uno,con los matices que correspondan,nos pasa algo parecido.Los momentos que marcan la vida y separan una estación de otra se van sucediendo a veces en un orden que a veces parece totalmente aleatorio,y en algunas otras claramente preestablecido.
Pensaba en esto,como arranqué diciendo,porque hice este recorrido tantas veces,sin detenerme a analizarlo,que creo que habría que prestar más atención a las estaciones que nos llevan adonde estamos ahora,a tratar de analizar un poco como fueron sucediéndose,cuales dieron más felicidad,cuáles dejaron más enseñanzas,identificar aquellas cargadas de sinsabores,y tratar de ir definiendo por donde nos gusta más el recorrido,como se hace cada día al elegir como ir de un lugar a otro.Y,sobre todo,creo que la clave sería tratar de ir disfrutando el viaje,que cada día sea un poquito más placentero,por más que el recorrido de fondo sea siempre el mismo.Porque en este caso los que cambiamos somos los vehículos,y muchas veces creo que nos quedamos concentrados sólo en el recorrido,sin percatarnos de que lo que importa es que vayamos adaptando la máquina a ese camino,y sin esquivar estaciones,como hace el subte,al que no le queda otra que ir parando en todas.

martes, 17 de agosto de 2010

Películas

Siempre pensé que cuando llegara el momento en que más o menos,uno se enfrentara de una manera u otra,con el peligro concreto y material,esa parafernalia que venden en las películas de que la vida se te pasa en un instante adelante de los ojos en realidad no debería ser del todo así.Ojo,tampoco tenía demasiado interés en conocer si pasaba de verdad o no,no era una duda que me acuciara o sin la cual no pudiera seguir mi vida(de hecho,la pude seguir siempre perfectamente).Bueno,el tema es que,igual,tenía una picazón de qué pasaría igual.Es decir,qué es lo que se te pasa por la cabeza como a los personajes de las películas(que en general se terminan salvando,pero porque es ficción,obvio)¿Será la infancia lo primero que se te viene a la cabeza?¿tus primeras palabras tal vez?eso sería bastante dificil,porque al menos en mi caso,no me acuerdo exactamente imágenes de mi primer infancia;creo que si hubiera un punto etario en el cual ubicar el inicio de mis recuerdos,considero que iniciaría no mucho antes de los 6 años,a lo sumo,5,y lo anterior son todos como recuerdos aislados.Con lo cual,ya podía ir descartando 5 años de 25,es decir que me quedaban apenas 20.A eso tengo que sumarle que además,mi vida no es un canto a la adrenalina,sino más o menos lo contrario,un semi culto a la tranquilidad,con la dosis de aceleración de todos los que habitamos Capital o el Conurbano,pero dentro de los límites de una vida anónima,que permite hacer lo que a uno se le cante sin que mayormente lo jodan,con lo cual esos 20 años no están plagados de excesos ni de experiencias límites ni nada que se le parezca.Supongo que para estos momentos,viene bien cuando uno ya tuvo descendencia,con lo cual una de las cosas que aparecerían en el film,serían esos tiernos rostros;bien,tampoco lleno ese casillero,así que tenía una menos para experimentar.La gloria deportiva,académica o laboral suelen ser buenos sucedáneos para cubrir tales baches,y que aparezcan esas fotos casi como panorámicas para iluminar ese encuentro con la inminencia;lamento desilusionar de nuevo,pero,para variar,todavía a mi currícula académica le faltan materias,en lo deportivo disto de ser un atleta exitoso o siquiera integrar un equipo que alguna vez haya no acariciado sino aunque sea mirado un poco de cerca el triunfo,y en lo laboral,si bien no me quejo,no podría decir que he logrado una trayectoria que me haga sentir realizado.Bueno,como se verá,la simplificación no me dejaba demasiadas emociones como para editar la película,pero,para seguir un poco el racconto,podría apelar al lado de los afectos.En ese sí que no me puedo quejar,tengo los amigos que quiero tener,y no los cambiaría por nada,una hermosa personita que amo amar y me hace feliz,y eso ya es mucho decir,una familia que es la mía,como la de cada uno,pero que por ser mía para mí es mejor que la de todos,un grupo que es como un hijo y me da las mismas felicidades y problemas prácticamente que uno de ellos,lleno de personitas especiales,locas,y adorables,el perro que siempre soñé y me llena de cariño,la lucecita que me alumbra desde arriba...en fin,en este punto salgo bien,y,a decir verdad,para mí cubre todo lo anterior.Pero bue,a lo que iba;con estas imágenes,era bastante reducido el campo de imágenes para cruzarse por mi mente a la hora de verle la cara al peligro,por ponerlo en términos grandilocuentes.
El punto de todo esto es que,cuando en realidad me llegó el momento de enfrentar la situación,ese momento adrenalínico y genial,esa trascendental circunstacia que define entre héroes,miedosos y otras yerbas,tuvo cosas puntuales que,más allá del miedo,me dejaron para destacar.La primera de ellas,es que me tocó pasarlas como creo que a cualquiera le gustaría en caso de elegir,que es flanqueado por dos amigos,por tipos que,como dije arriba,no cambiaría por nada,y calculo que un significado debe tener que haya sido en compañía de ellos.La otra cosa es que siempre pensé que al momento de correr un riesgo,trataría de minimizarlo a su partícula más pequeña,de modo que la incidencia de tal peligro,se redujera a una porción minúscula,y siempre tuve claro que ese es el momento de arrugar,y que hay muchos cementerios llenos de héroes,y yo soy de los que prefieren ser cobardes que al final del día llegan a casa,juegan con el perro y besan a los seres queridos.
Siempre tuve todo eso muy claro,pero,sucede que la vida como ya escribí,no deja de sorprender(será por eso que es tan irresistiblemente encantadora),y en el momento en que me tocó verle la cara al peligro,tiré todo esa planificación al tacho,y arriesgué mucho más de la cuenta,y no sólo no minimicé,sino que agrande el riesgo e incluso agrandé la situación,haciendo peligrar a esos tipos de fierro,que no dudaron en seguirme,y todo lo preconcebido se borró cuando,al ver el revolver apuntando,no dudé y apreté a fondo la palanca de cambios,y,como buen valiente,huí para atrás.Y en ese momento,cuando sin mirar hubo otro tan loco como yo,que en vez de hacer lo que sintió correcto,acompaño la locura de este insano,que hizo lo contrario de lo que dicen los manuales(y no me justifico,sólo lo expongo),en ese momento en el que todo dura muy poco y a la vez el tiempo se hace chicle,en ese momento que origina los posteriores "y si....??"que prefiero dejar en que y si mi abuela tuviera rueditas,sería changuito de supermercado.En ese momento,donde como ya expuse,no tenía demasiados argumentos para armar un filme de bajo presupuesto aunque sea,en ese momento,tal y como siempre pensé,por la cabeza,no sólo no se proyecta un filme,ni siquiera un corto,sino que es como una sensación de que todo es mentira,y,al final de cuentas,que era lo que quería averiguar...por la mente no se te cruza absolutamente nada,sólo esa sensación de mirar al cielo,y agradecer que esta vez te toca seguir.Pero no para tomarlo como una segunda chance o replantear todo y empezar a tirarse de puentes y buscar otras experiencias extremas,sino para profundizar esa sensación de que las pocas imágenes que harían mi película,no la cambiaría por otras vacías que conformaran un largometraje,sino que prefiero mi corto,así como es,con lo bueno y lo malo,lo dulce y lo amargo,y sobre todo,con la gente,con los actores que tiene,esos que hacen su personaje como si cada día se jugaran una nominación al premio,y en el medio mientras todos hacen lo suyo,me gusta pensar que yo también cumplo un papel,y sonrío.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Avenida

¿Y qué pasaría si resultara todo contrario a aquello en lo que creo?¿Qué pasaría si de golpe todo aquello enemistado con lo que considero correcto terminara siendo lo acertado?,¿tendría la hidalguía de reconocerlo?Es decir,por más que la evidencia y la razón estuvieran del otro lado,creo que me sería muy dificil(por no decir imposible)reconocerle tal virtud.Hay un punto en el cual la coherencia terminaría siendo contradictoria,porque sin importar que la consecuencia directa indudablemente me llevaría a pararme en la vereda de enfrente,la testarudez a su vez me obligaría a permanecer en el bando derrotado,quizá porque en ese extremo la camiseta de la verosimilitud no me luciría bien.
Tampoco es una cuestión de soberbia u omnipotencia;aunque es dificil ver las propias creencias chocar a una pared,más costoso debe ser verlas desde el ángulo opuesto,a la distancia,y en realidad es un gran defecto,del cual no pretendo hacer gala,pero tampoco corregir.En este punto ,de hecho,creo que la coherencia encerraría en su seno la misma paradoja de chocarse con su mismo extremo,punto en el cual se satura la razón y es practicamente imposible permanecerle fiel.
Aunque tampoco veo tan claro si esto configuraría pasar diametralmente al otro bando,posibilidad que analizo con bastante horror,no obstante la frialdad de las letras.Si toda esta construcción verbal,como supongo,no desembocara en ninguna claridad,sino todo lo contrario,si en realidad no importa mucho de que lado de la calle de la consecuencia con las propias creencias se esté,como hagan muchos,y quizá sea válido,y si al final del recorrido la claridad estuviera del otro lado,supongo que contestándome la pregunta inicial,elegiría estrechar las manos,agachar la cabeza e irme,con la sombra y la derrota a cuestas,pero habiendo peleado hasta la última pelota.Con la certeza de que en este caso,a pesar de las paradojas,a pesar de que este mal,a pesar de los pesares,prefiero quedarme de esta vereda,aunque a veces le erre en el camino,aunque a veces no vea los pozos,y aunque...aunque todo,aunque a veces,aunque nunca.Aunque me equivoque,prefiero hacerlo de la manera que me termine haciendo feliz

domingo, 18 de julio de 2010

Más allá

Deben de existir varias razones(tantas como personas aproximadamente)por las cuales la vida es una gran cosa.Mi intención no es indagar todas y cada una de ellas,ni mucho menos,cosa que por otra parte sería de muy dificultoso logro,sino tan sólo esbozar una aproximación a las mías.
Por esta vez voy a tratar de concentrarme en una de ellas,y creo que es una sensación bastante universal,independientemente de la edad o del período de la vida.Es esa sensación a la que se arriba en algún momento,en algún ámbito específico,de "estar más allá".Me refiero con estar más allá,a tener esa especie de certeza de que cualquier cosa que pueda pasar es como si flotara alrededor sin modificar sustancialmente la propia realidad.Una especie de impunidad que nos blinde de los cambios externos,y nos haga inmunes a cualquier cambio,porque es como estar dentro de una caja de cristal,donde las balas pueden picar cerca,o incluso pegar en el vidrio,pero no van a atravesarlo,no van a lograr modificar la calma,la quietud del statu quo.Claro que para aquellos que aman los cambios quizá esto que acabo de escribir en realidad sea algo desdeñable,y lo entiendo,es cuestión de modos de sentir la vida nomás.
Pero siguiendo con la parte que me toca,con esa seguridad,esa invulnerabilidad que se aprende a desarrollar quizá merced al paso del tiempo,o al logro de ciertos objetivos o reconocimientos mas o menos consecutivamente,y siempre en virtud de lo que los demás hacen para que podamos experimentarlo,no es a ella misma a quien me quiero referir,sino justamente a la falta de ella.Es decir,a esos momentos en los cuales la vida nos da una especie de cachetada y nos deja cara a cara con la desnudez de lo que somos.Porque cuando se vivencia esa sensación,se corre el riesgo también de perder el horizonte de los desafíos,de no tener perspectiva y ver sólo lo rutinario,como los caballos que ven sólo para adelante y con un estrecho campo de visión.Y eso suele tener los mismos efectos que la morfina,que es potente para menguar un dolor,pero no se revela como eficaz solución en el largo plazo,sino más bien como una panacea.
Y la conclusión que extraigo es que una de las derivaciones mágicas que tiene la vida es esta capacidad de recordarnos cada tanto que el suelo que pisamos es una especie de gran pista de patinaje sobre hielo,en la cual hay que ir tanteando cada cierto tiempo,y también ir construyendo sobre esa capa de piso gelatinoso nuestra porción propia cemento,un cemento que no hay que olvidar que tiene también su propio tiempo de secado,y también su vida útil,es decir que hay que ir renovándolo cada tanto para que no pierda vigor.Y digo que es mágica esta cualidad,porque me parece apropiada esa denominación para esta posibilidad que se nos da de construir lo propio,que es a la vez una gran responsabilidad,porque sus consecuencias,su solidez o no,también serán culpa nuestra;pero esas culpas no obturan que es una gran oportunidad,que cada tanto se nos olvida,la que tenemos de buscar los mejores caminos,y,a veces,cuando el camino que encaramos no nos parece el correcto aunque sea el más comfortable,y esto puede llegar a pasar bastante,hacer una pausa para reflexionar,reevaluar,y saber identificar el punto en el camino en el que hubiera valido la pena doblar hacia el otro lado,y retomarlo,y no creo que ese retomar el camino sea una traición a los propios principios(dependiendo del giro que hagamos,claro está),sino saber aprovechar las oportunidades que se presentan.Oportunidades que también encierran caminos de crecimiento y redescubrimiento de la propia persona,aun cuando vivimos una época que no fomenta el pensar en las propias convicciones.Después de todo,para cerrar citando una frase del Che Guevara,que no se si vendrá del todo al caso,pero me gusta: "el presente es de lucha,el futuro es nuestro"

lunes, 12 de julio de 2010

Oscuridades

Cuando era chico me daba miedo dormir con la luz apagada.No podría especificar bien miedo a qué;calculo que ya tenía en claro que el cuco no existía,pero,a diferencia de papa noel o los reyes,no había mutado en papá o mamá.Ojo que cuando digo "chico" es un adjetivo un tanto mentiroso,porque el trauma no terminó con la transición jardín/primaria como sí varias otras cosas,sino que se extendió un par de años más,y,de hecho,sirvió para ir forjando una de las amistades que me acompañan hasta hoy,cuando en algún campamento de 5to grado hice que 5 desafortunados compañeros padecieran mi fobia soportando toda una noche con la luz prendida(a pesar de que me tocó una de las camas marineras de abajo).Pero decía que desde chico me acompañó y marcó esa aversión a la oscuridad,que,si bien nunca me dediqué a interpretar cabalmente,dejó alguna huella.
Lo paradójico es que,una vez superado el trauma,el impulso fue inmediatamente antagónico,ocasionando que ahora necesite disponer de la más abosluta oscuridad para conciliar el sueño.Creo que si tuviera que buscar alguna enseñanza sería algo así como que de chico la inocencia de la edad me llevaba a buscar la absoluta nitidez,en virtud de que a esa edad el alma es de por sí muy pura y clara,mientras que con el correr de los años y el devenir de los sucesos casi inconscientemente uno va aceptando dosis cada vez más progresivas pero perdurables de especulación,manipulación,resentimiento,envilecimiento,corrupción(y hablo de las cosas cotidianas,no de las grandes "gestas",por así decirlo)que trocan aquella claridad inicial en esta oscuridad madura.Y paulatinamente se va acostumbrando el alma a vestir esas ropas oscuras,y se va convenciendo de que le quedan mejor,porque pasa más desapercibida en el carnaval de almas cotidiano.
Desde luego que siempre quedan vestigios,quizá impregnados de nostalgia,de aquella época de buscar que todo,inclusive la inaplacable noche,transcurra dentro de los márgenes de la luz que todo disipa.Y no es motivo de orgullo la actual preferencia por el apagón,sino todo lo contrario,y es quizá este texto una expresión de esa búsqueda interna de generar ese anhelo consciente también de que el apego a lo oscuro puede encubrir un temor a ver las cosas otra vez a la diáfana luz,por temor de que ese nene se asuste,de que ciertas cosas de este hombre lo decepcionen;pero asumiendo,asimimso un irrenunciable esfuerzo de ganarle cada noche un centímetro más al cerco de la penumbra,porque es bien claro que no está muerto quien pelea,y si la luz en la madrugada se va derrotada,cada mañana vuelve a dar pelea,victoriosa,y es un placer que no se resigne,y un deber acompañarla.También porque me gusta sentir que,del otro lado del espejo,ese nene me mira sonriendo,y no se siente extraño ni defraudado en lo que le va tocando en suerte.

domingo, 4 de julio de 2010

Busqueda

A riesgo de que sea monotemático,y con ello se convierta en aburrido,lo que me viene a la cabeza tiende a ahondar la situación referente al relato anterior.No ya girando en torno a los pósters,aunque quizá indirectamente se sientan aludidos.
El punto es que viendo esa pared vacía,despintada,con las huellas de los papeles que ya no están,me di cuenta que a su vez,como junto con los afiches había algunos cuadros(en realidad observando esto me di cuenta de que eran más de los que pensaba),al retirarlos,quedaron colgando en la pared,supongo que por mi pereza de sacarlos más que por un designio del destino,varios clavos.Quizá la metáfora sea muy burda,pero observándolos se me vino la idea de que representan esas circunferencias metálicas.Calculo que la imagen es bastante poderosa,y se la puede abordar desde múltiples costados,y todos ellos serán igualmente valederos,como así también eficaces serán los resultados de tal exposición.Yo creo que preferí quedarme en la más simple,esto es observar puntualmente esos clavos solitarios en una pared,en la cual hasta antes de ayer practicamente ellos tenian una función,ellos sostenían algo,que,sin su presencia,no podría haber perdurado allí,eran un instrumento clave,desde su lugar y desde su función.
Ahora,viéndolos detenidamente,ya sin sostener nada pero igualmente ahí,me enfrento a una dualidad.Por un lado,observarlos ya sin cumplir ninguna funcion práctica me da la tentación de sacarlos,de arrancarlos de ahí y mandarlos a descansar a una bolsa,después de todo,no están vencidos,van a poder seguir cumpliendo su función.Ninguno de ellos están doblados,y a pesar de los años pueden seguir bancando como siempre.No obstante ello,su imagen es como la de un pueblo abandonado,desolado,de esos pueblitos del interior de la provincia que alguna vez han tenido gravitación alrededor de una fábrica o similar,que una vez cerrada dejó al pueblo sin pueblo.
La otra imagen que viene,y genera la antinomia con la anterior,es la de a pesar de sus soledad permanecer ahí,firmes a pesar de la adversidad y el abandono,y el despojo.El saber mantenerse,la firmeza en la convicción de que su lugar es ese,y de que luego de tanto tiempo de estar allí,su lugar ya no es una bolsa de vuelta,sino que su pertenencia está arraigada a esa pared,por más que el objeto que los haya hecho estar ahí ya no esté,y quizá estén ahora buscando redefinir su ubicación,replantearse el hecho mismo del rol que cumplen,y esa búsqueda,ese intenso peregrinar permaneciendo en el lugar sea una posible clave,esto es el buscar y volver a buscar pero sin perder de foco el centro de ubicación que es su lugar,y la base desde la cual buscar el horizonte a seguir.
Pero,claro,después de todo,estoy hablando solamente de clavos,y,al final de cuentas,los clavos les interesan nada más a los ferreteros,y toda esa dualidad se podría ir al tacho con que solamente agarré una pinza y los mande a dormir el largo sueño de la bolsa transparente,es decir,son clavos,no tienen sentimientos ni nada por el estilo.Pero yo los miro,y se que ellos me piden que al menos por ahora no los saque,y ellos saben que por lo menos por ahora,no lo voy a hacer,y los dos dormimos tranquilos.

viernes, 25 de junio de 2010

Momentos

En algún momento de la vida,todo ser humano debe tener algo así como esos momentos trascendentales que definen su condición de pertenencia al género;esto vendría a ser,esos momentos en los cuales uno verdaderamente siente que reafirma su condición de hombre o de mujer,o de aquello que uno elija ser.
Esos momentos suelen ser gratamente apreciados en el mismo momento que pasan,y esta debe ser una particularidad que los distingue.Son pocos los momentos en los que se tiene plena conciencia de estar ante actos trascendentales o fundacionales de la propia existencia,es mucho más fácil ver cuando tienen lugar sucesos importantes en la vida de una sociedad,o incluso en las vidas de los otros individualmente,pero los momentos que a uno le marcan mojones en el existir son mucho más sutiles,imperceptibles.En cambio,los momentos a los que me refiero,son totalmente concretos y perfectamente reconocibles ante su misma aparición;aquellos momentos en los que se tiene conciencia de que uno "se hace hombre".
Luego de todo este prólogo,creo que me sería mucho más funcional narrar que ese momento en mi vida fue la primera vez,o alguna demostración poderosa de valor,coraje,un momento donde uno enfrenta al peligro cara a cara,o,aunque sea,ve al diablo en calzoncillos.Pero no,no tengo la fortuna de contar con uno de esos momentos en el haber,así que la narración no va a ser lo que prometió,pero ello igualmente me parece digno,ya que al menos generó expectativa.
El momento en el que siento que me hice hombre no tiene nada que ver con esas situaciones,tiene mucho menos heroismo.Desde luego,es mucho más heroico y digno de ser contado salvarle la vida a alguien que...un tipo haciendo limpieza de su cuarto;pero lo que tengo es el momento en el cual yo sentí eso que describía antes,o al menos uno de esos momentos,y es cuando saqué todos los posters y cuadros de mi pieza.Puede que sea un tanto insuficiente,pero es lo que tengo.
El primero de esos posters llegó a la pared del cuarto en el 94,hasta ese momento la blanca pared sólo era adornada por un par de cuadros bien noventosos,con las tortugas ninja o alguna pintura hecha por una ex novia de mi hermano que creía tener buena mano para la pintura(no es que yo tenga entidad para decir si la tenía o no,sólo que no me caía bien),y como suele pasar,detrás del primero se desató una catarata que incluyó además de formaciones gloriosas de equipos de River,fotos de los Bulls de Jordan,jugadores de fútbol internacional,alguna que otra bella señorita,una foto de Benedetti,y el afiche con todos los personajes de Los Simpsons,entre otros.En su momento,allá por el 97,cuando ya tenía bastantes colgados,me hicieron gozar de cierta envidia entre los compañeros de colegio,porque en ese momento era casi transgreso tener posters en la pared(cosa que hoy de transgreso no tiene nada en absoluto),así que podría decirse que les agradecí durante mucho tiempo ese status que me concedieron,y la verdad es que fuimos muy felices durante mucho tiempo,a lo largo de los casi 16 años que compartimos,con algunos fueron menos pero redondeo para arriba.
Y no es que hayamos dejado de llevarnos bien,eh,o que se haya acabado la magia,o la pasión,y de pronto hubiera tenido lugar una ruptura definitiva.No,nada de eso.Yo les sigo teniendo el mismo cariño,o quizá más,que cuando por primera vez les puse esa cinta scotch en sus puntas,que con los años perdió la transparencia por la tierra,y les busqué lugar en esa pared,en ese pedazo de tierra que me definía.Y se plenamente que ellos también a mí;me lo demostraron con su gran fidelidad en estos años,sabiendo ocupar plenamente el lugar de testigos de grandes éxitos,alguna que otra módica proeza,varios fracasos,incontables decepciones,infundadas esperanzas,rabias mezcladas con pensamientos hasta altas horas,angustias de los amigos por las primeras decepciones amorosas,confesiones de diversas índoles,noches interminables matizadas por la pizza y con la compañía de videojuegos en las postrimerías de la secundaria,de eso que se llama "ser grande",y que,gracias a ellos también,siempre sentí que jugaba de local,por más que los primeros 5 años con su presencia,la pieza era sólo 50% mía.En todos esos pasos,en todos esos momentos,estos compañeros estaban ahí,bancando veranos de ventiladores que movían esas puntas que pedían renovación de pegamento,o inviernos que pegados a la pared son inclusive mucho más fríos que afuera.Y pasó el secundario también,y vinieron momentos tristísimos,hondamente tristes,y llantos largos,duros,de esos que quedan,y volvieron los amigos a estar en esa pieza para hacer saber que siempre iban a estar cuando la circunstancia les haga ponerse esa capa que es sólo de ellos y capear la situación,que parece una redundancia pero nunca lo es.Y 4 años después,con esa pérdida que no cesa,nunca cesan los dolores pero sin embargo todo el mundo aprende a cargar con ellos porque se sabe que la vida no para,ni siquiera para tomar un poco de aire,porque pase lo que pase la rueda sigue,y quizá viene mejor o quizá...bueno,quizá.
Y decía que 4 años después,cuando mi pieza de vuelta no es sólo mía,sino sólo 50%,y esta vez por elección propia,un día nos miramos,ellos y yo,un sábado fresco a la mañana estabamos juntos en el cuarto,y sin decirnos nada,entendimos que era el momento de que ellos tuvieran ese merecido descanso.De que no tuvieran que acumular más tierra sobre sus lomos y descansaran,y ahí,con ese dolor que nos anudaba adentro,uno a uno los fui sacando.Prefiero no entrar demasiado en consideraciones sobre el momento en sí,porque también sería injusto adjudicarle mayor importancia a algunos que a otros.Sí me voy a detener en que el momento llegó porque cuando ellos llegaron ahí,en gran parte me ayudaron a definir,o a saber quién era.De alguna extraña manera,en cada momento malo,esas 4 paredes me recordaban con esas imágenes,por iluso que sea,quien era yo,y me daban fuerza a cada momento.Y esa mañana de sábado,entendí que ya no podía seguir pidiéndoles que me definieran,porque ahora la definición la tengo que marcar yo,en el afuera,ahora que hace tiempo juego en el equipo de "los grandes",y nada que ver con la verguenza ni nada que se le parezca.
Lo tomo apenas como darles un descanso,pero,tanto ellos como yo,nos despedimos con la secreta pero compartida esperanza de que,algún día,dentro de algunos años,cuando ese cuarto ya no sea mío pero sí de otros míos,al entrar una mañana,me sorprenda de repente cuando por la puerta entreabierta,veo unas piernitas en puntas de pie,sosteniendo una hoja de diario mientras con las yemas de los dedos,busca que las puntas,queden bien bien pegadas a la pared.

lunes, 14 de junio de 2010

Brazos en alto

Abandonar suele ser la opción más simple.Se que los expertos en abandonos me dirán que no,que en realidad es una trama mucho más sutil y compleja la que lleva a una deserción,que la minúscula y módica decisión cotidiana de seguir remontando el barrilete contra viento y marea(si es que la marea afecta a los barriletes).Sin embargo,yo no les creo.Para mí sigue siendo la opción más fácil soltar los hilos,dejar que el barrilete se pierda en una nube y no verlo más;dejar que siga su camino sin importarnos si sufre,si sigue,si se quiebra,si su final es la rama de un árbol,que bajo nuestro esfuerzo jamás hubiera conocido.Si,sin duda sigo creyendo que abandonar es más facil que nada,como dice Andrés en aquel tema.
Es más facil porque es desligarse,sea esto de una persona,de una causa,de un ideal,de una carga,es dejarlo que se lo lleve (quien?el viento?el agua?Dios?) y no verlo más,aquella vieja reducción de que si no lo veo,si no lo siento,no está,no existe más.Y eso también es una mentira,porque por más que uno se tape los ojos,el sol sigue estando arriba,y lo mismo ocurre con aquellas causas que abandonamos,y que van quedando en el haber de nuestro balance;tarde o temprano llega el momento de conciliar lo que hicimos con lo que dejamos de hacer,y la mayoría de las veces la diferencia de ese ajuste se mide en dolor,esa molesta sensación de que si el tiempo volviera atrás(y no vuelve,tiene esa molesta manía de no volver,no tiene marcha atrás,siempre sigue para adelante,sea por vos,por mí o por aquel)no haríamos lo mismo que hicimos,ay,y es tan molesta esa sensación,ese pesar,esa deuda interna.
Por eso,a los justificadores de decepciones,les pido un favor:vayanse!pudranse,déjense de joder por un tiempo bien largo,un tiempo infinito si?un tiempo al menos,hasta que los que siempre luchamos por no bajar los brazos lleguemos a la estación en la cual el tren terminaba el viaje,y el guarda grite terminal,y nos bajemos con una sonrisa ancha,grandota,esa del deber cumplido;lleno de equivocaciones,quizá,pero cumplido al fin,y salgamos por el playón buscando nuevos desafíos,quizá sin una moneda en el bolsillo,pero...eso,qué importa??si,al final de cuentas,pase lo que pase,mañana...mañana siempre es martes.

jueves, 13 de mayo de 2010

Elogio de una señora

Es rara la nostalgia.Pucha si es rara,o al menos será que sólo me pasa a mí,pero esta señora resulta ser bastante peculiar.Porque en general de alguien con sus características uno espera la visita en momentos en los cuales invade la tristeza,la angustia,la desasón,o una combinación de todas ellas,más alguna otra que me estaré olvidando,y conforman casi una orgía de sentimientos que lejos están de asemejarse a la placentera sensación que normalmente se asocia a ese concepto.En mi caso creo que más que una visitante ocasional,es una compañera de ruta,porque sin importar el momento,el contexto,la situación peculiar,siempre camina al lado,bordeando la vereda;no es necesario que se trate de un momento triste o de pérdida para que aparezca,aunque es cierto que se refuerza su presencia en momentos o lugares compartidos,en recuerdos o añoranzas,pero no es condición sine qua non para su acontecer.Por definición creo que ella no se me despega,y yo tampoco hago un esfuerzo superlativo para que me abandone,poruqe lejos de ser un peso,es una compañía casi dulce(que rara esa palabra para definir la melancolía),porque considero que no puedo dejar de extrañar esos otros momentos,como quizá también la persona que fui en esos momentos,momentos que para bien o mal no vuelven,aunque los malos con el tiempo pierden esa intensidad dolorosa que en el momento parece insuperable.Decía que no puedo dejar de extrañarlos y extrañarme,y tampoco quisiera hacerlo;aunque a veces el pasado parece una mochila dificil,me gusta cargar con esa mochila,y no importa si es pesada,es la mía.Y creo que si me genera esa sensación dulce esta señora de la que hablaba al comienzo,eso se explica también porque ella viene con una convicción en la mano,y es casi un orgullo,y sería algo así como la alegría de saber que(y esto se que lo robo de alguna película o libro,pero no se bien de cual)si pudiera volver exactamente a cada momento,volvería a hacer lo mismo,aún sabiendo las equivocaciones que pudo acarrear,o los dolores,o los traspiés.No se bien que parámetros pueden definir la alegría,pero sin dudas ese es uno de los más importantes para mí.No por soberbia,o porque las decisiones no conlleven consigo una autocrítica o arrepentimiento,sino porque en parte será por la tozudez,pero más que ello creo que obedece al hecho de sentir que soy fiel a mí mismo.No considero esto una virtud,es más,es muy posible que por el contrario sea un gran defecto,pero a mí me produce una gran satisfacción,no por rendir cuentas a alguien,sino conmigo mismo,que en definitiva soy el primer acreedor en la cola para cobrar las deudas.
Puede ser por estas razones que me gusta que la nostalgia sea mi compañera,también podría buscar otras razones,hay varias y variadas,pero no deja de extrañarme esa complacencia que me produce su compañía(me extraño de ella como me extraño a mí o a los momentos en que ya no estoy).En cualquier instante,en cualquier paisaje siempre encuentra el modo de abordarme,de preguntarse y contestarme,de llevarme en un viaje relámpago a alguno de esos momentos,y si bien quedaría más romántico decir que esos interludios me brindan poderosas respuestas a las encrucijadas del presente,la realidad es que no,y que la mayoría de ellos sólo me proporcionan esa alegría fugaz de haber sido,de haber estado,de haber hablado,abrazado,sentido;pero al volver no cambio la nostalgia por la tristeza.Si bien es cierto que son recuerdos lindos,que no quisiera olvidar no que el tiempo manche ni se lleve personas ni instantes o lugares,indudablemente me quedo con el presente que es posibilidad,e incluso este mismo presente que en un rato puede ser nostalgia de este instante,de estar escribiendo eso,y que esa sensación como de tango lo invada todo.A pesar de que a veces se indique que todo tiempo pasado fue mejor,o de que lo que se fue y no volverá está siempre teñido de un halo épico,quizá no tanto porque haya sido verdaderamente mejor,sino porque uno era el que estaba mejor,mi elección sigue siendo el presente,este presente que no será el perfecto,porque nada lo es,pero creo que es lo mejor que tengo,lo más lindo de vivir,y porque es esa hoja en blanco que da la posibilidad de seguir escribiendo,de elegir las vocales,las consonantes,los puntos,las comas,los signos,los espacios,que a veces da la posibilidad de borrar,otras de tachar,y otras de seguir adelante para tratar de corregir lo hecho en párrafos subsiguientes.En tiempo en los cuales la angustia suele predominar en derredor junto con la incertidumbre,elegiría como combinación que el partido lo gane la nostalgia más tierna,la que conduce a la valoración de las cosas en su justa medida,sin dudas prefiero que ella sea la que le gane el partido a las otras,porque esa señora se lleva mucho mejor,por lo menos en mi caso,con la alegría,con la emoción,con las sensaciones que son paradigmas de lo mejor que nos puede tocar,y las otras sólo sirven para potenciar la desazón.Quizá sea muy idealista,quizá sea muy iluso también,pero creo que a veces también hay que militar en causas como la esperanza,la ilusión,el idealismo,en esas causas que parece que están por los últimos puestos,pero que de a poco tienen que ser las que vayan ganando la partida,de a poco,muy sutilmente pero también sin pausa.Con el entusiasmo revolucionario que en estos tiempo sólo tienen las pequeñas causas,ya sin querer generar grandes eventos,sino cambiando el día a día,que es el de uno y el del entorno también.En mi caso esa militancia,siempre va a llevar implícita una gran cuota de nostalgia,pero de esa que dibuja una sonrisa y sólo uno entiende porque en este momento sonríe sin que parezca haber motivos.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Entrenamientos

Tener algo para decir siempre es importante.Tan importante como tener algo para escuchar,o tocar de oído como dicen los mayores;aunque creo que la mayoría de las veces lo que busco es que sea el otro quién tenga algo para escuchar,verbigracia la verdad con la cual estoy dispuesto a esclarecerlo,y así,en esa constante guerra dialéctica es donde se desenvuelven los tópicos más interesantes,aunque muchas veces se nos pasen de largo,precisamente por esta tendencia a que cada vez más la conversación se nos transforme en un arte de convencimiento,es decir de intentar convencer al otro de que yo tengo razón y él no,pero a este módico precio se puede subir a la carroza de la verdad.
A la vez,como cada vez los medios virtuales van ocupando más y más espacios en nuestra vida(de hecho,este es un soporte de esa índole,y si no existiera,quizá tampoco esto estaría siendo leído),los códigos de estos medios son los que van ocupando un lugar preponderante,y nos acostumbramos entonces a hablar superponiéndonos con el otro,no esperar a que termine una opinión para empezar la otra,y abrir todas las tranqueras de nuestra continencia verbal,para que ninguna palabra quede encerrada cuando bien podría estar interrumpiendo el discurso de otro.Naturalmente que esto no sólo pasa en caso de una conversación formal,creo que es algo plenamente verificable en cada una de las facetas en las cuales interactuemos con los demás.Es entonces donde el tener algo para decir se impone,donde se genera esa confrontación en la cual la opinión contraria a la mía es un arma de destrucción masiva,que a la vez que genera un temor impresionante,también ocasiona una irresistible tentación de combate.
Ante todo esto,creo que se torna imprescindible entrenar el músculo de escuchar,cosa por demás dificil,al menos para mí demasidado.Entrenarlo despacio,para que no se tense tanto que luego necesite una prolongada rehabilitación,pero a la vez constantemente,de manera que no se atrofie y ya no se pueda escuchar nada que sea distinto a la propia verdad.Si bien es cierto que en realidad cada discusión puede tornarse vana,teniendo en cuenta que en muy pocas ocasiones producen un efectivo cambio de opiniones entre los interlocutores que haga que abandonen los preconceptos con los que iniciaron,por los del otro,viene siendo un entrenamiento que vale la pena.Tanto para buscar lo que el otro puede ofrecer en una simple charla,como para aprender a parar y respetar el espacio del próximo,especialmente del que no piensa lo mismo.

viernes, 23 de abril de 2010

Fraseología

Una de las cosas que me gustaría ser en la vida,es una de esas personas de las cuales alguien alguna vez cita una frase al principio de un libro(entre comillas la frase,claro está).Veamos,uno de los problemas con los cuales cuento es que primero,por el momento,no tengo una gran frase brillante en el haber,lo cual ya de por si es una dificultad bastante probada.Por otro lado,tampoco tengo demasiada gente que me conozca y esté en proceso de escribir un libro,con lo cual ya serían dos escollos bastante insalvables.
Sobre la primera,podría interpretar que cada cosa que escribo es de alguna manera una búsqueda en ese sentido,un comunicar algo buscando alguna forma de permanencia,de legado,un dejar huella a través de la palabra,aunque por ahora me siga pareciendo un privilegio reservado para unos pocos elegidos,es decir,para aquellos que sí logran o lograron perdurar en mí a través de esa poderosa herramienta que es la palabra,tan indestructible como interpretable,tan perfectible como hermosa.O sea que incluso estas palabras que voy emparchando entre sí como un costurero podrían encerrar en su entraña textual alguna expresión digna de pasar a la posteridad(aunque por ahora parece que todavía no,quizá esto sea un poco más dificil de lo que parecía cuando empecé a intentar).Sobre la segunda en cambio,primero tendría que tratar de tener amigos escritores,cosa por demás dificil cuando uno no está en el rubro activamente,ni tiene conocidos que tengan conocidos que;o convencer a los amigos ya existentes a que perfeccionen su conducta de modo de inlcinarse hacia el lado de las letras.
Bueno,sea como fuere lo importante es que por el momento ni tengo la frase ni los conocidos,y tampoco estoy seguro de que vaya a surgir.Es más,a veces me pregunto si este medio llegará a cumplir con su nombre y cometido inicial de ser parte de la solución sino para alguien al menos para mí,y tampoco allí encuentro demasiadas certezas,no obstante lo cual voy a seguir en el intento.Quizá pasa por casualidad,quizá Borges no esperaba escribir "nadie rebaje a lágrima o reproche..." ni Brecht estaba pensando estrictamente en conjugar "primero vinieron por los hemofílicos,pero no me importó....",puede ser que simplemente les haya venido,que sea fruto de la genialidad,no se.En todo caso,sea por genio o por entrenamiento,voy a seguir emprendiendo la búsqueda,quizá en algún punto del entrenamiento de las letras aparezca la gran frase que condense,o quizá la opción dos es que no haya tal brillo,pero igaul haya cita,o ninguna de las anteriormente mencionadas.En cualquiera de los casos,si,como escuché alguna vez,la vida es esas cosas que te pasan cuando estás pensando en otra cosa,por si acaso me voy a poner a pensar...

domingo, 11 de abril de 2010

Simulacros

Aunque quizá muchas veces me pregunto si la vida no es en sí misma un simulacro,una puesta en escena.Desde luego que hay momentos que no,que son sentidos,queridos,recordados.Pero creo también que malgasto el tiempo en ser otros,en usar un vestuario de acuerdo a quién soy para los otros,obviamente conforme a cuánto me importe su otredad.
Decía entonces que es un planteo,o replanteo justificado me parece,el de analizar al menos como representar esos personajes que me tocanen esa miss en scéne.Una de las alternativas es la resignación,otra es la rebeldía,pero tampoco se con certeza cuánta es la proporción que me toca,considerando que exista algo así como un total universal de rebeldía,una torta dividida en varias partes,pero sin dulce de leche.
En ese caso quedaría la tercera posición,que vendría a ser una combinación de las anteriores,esto es:representar esos roles con la mejor disposición, y guardar módicas reservas de estoica alegría,a fin de poder regocijarse en ellas cuando sea conveniente,porque,si como sostengo,gran parte de la vida es un simulacro,nunca se sabe cuando puede sonar la alarma de verdad,cuando el despertador interno marcará que ahora si,que esta es de verdad,que se acabaron los ensayos,y entonces es el momento de hacer lo mejor que se pueda,porque,más alla de elegir entre las alguna de las tres,cuando el juego es en serio y se va por un pleno,no soy yo quien define las opciones,sino ellas a mí.

viernes, 15 de enero de 2010

Ojos bien abiertos

Cambiar el mundo.Si,eso es...cambiar el mundo.Creo que todos los que respiramos,en algún momento entre una respiración y otra lo que queremos es eso,cambiar algo,romper un cierto status;no se si transgredir es la palabra apropiada,porque quizá la mayoría de los cambios que podamos provocar no transgreden el orden universal,sino que más bien son modestos cambios,cambiecitos,que provocamos en el micromundo que nos rodea,en esa gente que cuenta para uno,en esos ilustres desconocidos para el resto de la humanidad,pero que tienen la peculiaridad de ser piedras angulares en nuestro camino.
Desde luego que yo también lo quiero,también quiero cambiarlo,y en realidad me gustaría hacerlo mejor para todos,no sólo para mi mundo,pero a veces se debe asumir que los grandes cambios empiezan por lo pequeño,y nada más pequeño y a la vez más gigante que el mundo que construimos:el de los amigos,los afectos,los amores,los desamores,los olvidos,los recuerdos,las partidas,las llegadas,esa conjunción de hechos que hacen que día a día tenga sentido que el globo terráqueo repita sus movimientos de rotación y traslación,porque son los ejes en los cuales nosotros mismos rotamos y nos trasladamos.
Me pregunto de verdad verdad cómo sera eso.Cómo será esa sensación de marcar la vida de otros,muchos o pocos...porque en verdad quizá cambiar el mundo de los otros puede ser algo tan efímero que en una de esas pasa por al lado,o tan rápido como una estrella fugaz,y me asusta no darme cuenta.Porque puede ser que cambiar el mundo de los demás no sea salvarlos;puede ser que robarle una sonrisa a una persona en un día en que se quiera bajar del planeta sea cambiar su mundo.Puede que una mirada,un consejo,un abrazo,una sonrisa sea cambiar el mundo.Puede ocurrir también que existir sea cambiarle el todo a otro/s;en diversas formas puede ocurrir que se presente algo tan trillado como esto,y me parece que lo que cuenta es que pase.Tener esa sensación,ese fueguito adentro,esa especie de final de una película donde uno se va caminando hacia el horizonte con la sensación de deber cumplido y una sonrisa.
Mas allá de devaneos sesudos,la certeza que me acomete es que se puede...o al menos que levantarse todos los días tiene que ser un necesario intento,quizá mejor,quizá peor,de provocar un cambio,de llegar al final de ese día y hacer un mini balance,y,por mal que haya estado la jornada,encontrar al menos una razón que haya justificado desprenderse de las sábanas,y mirar al mundo a los ojos,y pagar la cuenta.
Ah,eso sí,los ojos los llevo bien abiertos,no vaya a ser cosa de que salve al mundo,y encima ni me de cuenta!!!!

sábado, 2 de enero de 2010

Fuegos de diciembre

De chico,nunca me gustaron los fuegos artificiales.No sé porque,no se trata de una postura frente a la vida,o de llevar la contra,menos que menos de una cuestión principista en contra del capitalismo imperante que dicta gastar abundantes sumas de dinero en meros artificios cuyo destino es perderse en el espacio con el sólo objetivo de que los vean otros,absurdo teniendo en cuenta que a la mayoría ni los vemos ni conocemos(cuestiones estas últimas que por otra parte no se anda figurando uno a los 7 u 8 años)Nada de eso,pero tampoco estoy seguro de que fuera absolutamente miedo,si bien es cierto que cuando por primera vez vi en el noticiero ese tema de las balas que tira la gente y caen por ahí a modo de festejo(???)me entró un pánico que quizá fuera el principal factor de mis impulsos navideños.
Lo concreto es que tanto el 24 como el 31,cuando el reloj marcaba la hora en la que había que brindar,e,ipso facto,salir a la calle a disfrutar el espectáculo atronador de ruidos,luces o alguna combinación de ambas,yo buscaba estratégicamente un lugar con techo,donde poder guarecerme de toda clase de peligros.Lo único malo de ello,es que en la tierna infancia,los "grandes" simulan prender todo el arsenal pirotécnico con el mero pretexto de entretener a las nuevas generaciones,de modo que mis intentos por salvaguardar mi integridad física,o lo que empezaba a registrar como tal,a la vez era un atentado contra aquellos altruistas intentos de mis tíos/primos por entretenerme,justo a mí,que no veía la hora de volver a estar bajo techo.
Igual debo confesar que pese a mi tenacidad en enfrentarme a las corporaciones pirotécnicas,hubo en año en el cual casi caigo en sus garras.Fue a los 8;ese año decidí que me les iba a enfrentar,que no podía ser,que como iba a ser que todo el mundo pudiera,hasta los nenes mucho mas chicos que yo y para mí siguiera siendo un problema inescrutable,un motivo que me hacía pasar bastantes minutos lejos de Mamá.Entonces puse la voz lo más grave que podía y le dije severamente a Papá que me comprara muchas cañitas voladoras mientras ibamos a Tigre a lo del tío a pasar el 31,que esta vez sí,que quería prender fuego la ciudad(bueno,algo mas o menos así le dije,pero con voz muy finita).El me miró bastante sorprendido,pero a la vez con un dejo de orgullo,como si esta oportunidad le hubiera tocado hondo,como poder decir al resto de la familia "eh,miren,ustedes que pensaban que no iba a poder eh!",y,como no podía ser de otra manera me compró cañitas voladoras como para varios minutos,una bolsa muy grande,como yo no recordaba haber visto otras,ni siquiera la que traía mi primo de Torcuato,que tenía 4 años más,estaba muy canchero en el tema,y a la hora de los festejos ya jugaba en el equipo de los grandes.Y como ese año estaba decidido a hacer mis primeras armas en el tema,me regocijé de que Papá se la hubiera jugado de tal manera,como dándome tamaña confianza.
Toda esa cena de víspera de año nuevo(que por otra parte siempre solía ser más aburrida que la de Nochebuena)me la pasé imaginando como iba a enfrentar aque desafío,como vencer los miedos,me veía una y otra vez remotando esos artificios del demonio y venciéndolos,obvio;de manera que el vittel thoné se me pasó de largo,casi como las empanaditas,y apenás probé un bocado del lechón que creo que estaba rico,aunque no se comparaba nunca con la ensalada de frutas,manjar que por otra parte en casa siempre escaseaba,de manera que no quedaba otra que aprovechar la volada y disfrutar a cuenta.
Una vez que avisé que ya eran las 12,porque tal era mi rol en la familia,entendí que era una de esas veces en la vida,en que mi hora había llegado,aunque estoy casi seguro de que quizá para el resto de la familia fue menos que un momento normal inclusive.Una vez que estuvimos todos afuera,Papá me alcanzó un puñado de las cañitas,las puso prolijamente dentro de la botella de sidra vacía y me llamó con la mano,dispuesto a principiar el instante sublime.Todo se había cumplido,era el momento de entrar en la historia y reclamar el lugar que me tenía preparado.
Dicen que un hombre no es valiente por no tener miedos,sino por enfrentarlos.
Puedo asegurar sin temor a equivocarme,que la noche del 31 de diciembre de 1993,fui un cobarde