Abandonar suele ser la opción más simple.Se que los expertos en abandonos me dirán que no,que en realidad es una trama mucho más sutil y compleja la que lleva a una deserción,que la minúscula y módica decisión cotidiana de seguir remontando el barrilete contra viento y marea(si es que la marea afecta a los barriletes).Sin embargo,yo no les creo.Para mí sigue siendo la opción más fácil soltar los hilos,dejar que el barrilete se pierda en una nube y no verlo más;dejar que siga su camino sin importarnos si sufre,si sigue,si se quiebra,si su final es la rama de un árbol,que bajo nuestro esfuerzo jamás hubiera conocido.Si,sin duda sigo creyendo que abandonar es más facil que nada,como dice Andrés en aquel tema.
Es más facil porque es desligarse,sea esto de una persona,de una causa,de un ideal,de una carga,es dejarlo que se lo lleve (quien?el viento?el agua?Dios?) y no verlo más,aquella vieja reducción de que si no lo veo,si no lo siento,no está,no existe más.Y eso también es una mentira,porque por más que uno se tape los ojos,el sol sigue estando arriba,y lo mismo ocurre con aquellas causas que abandonamos,y que van quedando en el haber de nuestro balance;tarde o temprano llega el momento de conciliar lo que hicimos con lo que dejamos de hacer,y la mayoría de las veces la diferencia de ese ajuste se mide en dolor,esa molesta sensación de que si el tiempo volviera atrás(y no vuelve,tiene esa molesta manía de no volver,no tiene marcha atrás,siempre sigue para adelante,sea por vos,por mí o por aquel)no haríamos lo mismo que hicimos,ay,y es tan molesta esa sensación,ese pesar,esa deuda interna.
Por eso,a los justificadores de decepciones,les pido un favor:vayanse!pudranse,déjense de joder por un tiempo bien largo,un tiempo infinito si?un tiempo al menos,hasta que los que siempre luchamos por no bajar los brazos lleguemos a la estación en la cual el tren terminaba el viaje,y el guarda grite terminal,y nos bajemos con una sonrisa ancha,grandota,esa del deber cumplido;lleno de equivocaciones,quizá,pero cumplido al fin,y salgamos por el playón buscando nuevos desafíos,quizá sin una moneda en el bolsillo,pero...eso,qué importa??si,al final de cuentas,pase lo que pase,mañana...mañana siempre es martes.
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