Aunque quizá muchas veces me pregunto si la vida no es en sí misma un simulacro,una puesta en escena.Desde luego que hay momentos que no,que son sentidos,queridos,recordados.Pero creo también que malgasto el tiempo en ser otros,en usar un vestuario de acuerdo a quién soy para los otros,obviamente conforme a cuánto me importe su otredad.
Decía entonces que es un planteo,o replanteo justificado me parece,el de analizar al menos como representar esos personajes que me tocanen esa miss en scéne.Una de las alternativas es la resignación,otra es la rebeldía,pero tampoco se con certeza cuánta es la proporción que me toca,considerando que exista algo así como un total universal de rebeldía,una torta dividida en varias partes,pero sin dulce de leche.
En ese caso quedaría la tercera posición,que vendría a ser una combinación de las anteriores,esto es:representar esos roles con la mejor disposición, y guardar módicas reservas de estoica alegría,a fin de poder regocijarse en ellas cuando sea conveniente,porque,si como sostengo,gran parte de la vida es un simulacro,nunca se sabe cuando puede sonar la alarma de verdad,cuando el despertador interno marcará que ahora si,que esta es de verdad,que se acabaron los ensayos,y entonces es el momento de hacer lo mejor que se pueda,porque,más alla de elegir entre las alguna de las tres,cuando el juego es en serio y se va por un pleno,no soy yo quien define las opciones,sino ellas a mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario