Todos sabemos en mayor o menor medida que las plantas,para crecer y desarrollarse,necesitan una buena combinación de agua,cariño(dirían muchos que basado en palabras cariñosas)y,sobre todas las cosas,una gran dosis de luz,fenómeno que en la escuela se enseña como fotosíntesis.
Nosotros en cierto modo,sobre todo cuando más chicos,nos parecemos bastante a ellas;necesitamos las mismas cosas,y la vida durante la niñez,es pura y exclusivamente la que se desarrolla a plena luz del día.A medida que vamos creciendo,evolucionando o como quieran llamarle,la claridad de las horas tempranas deja de parecernos tan interesante,y aquello que esconde la oscuridad de la noche se nos representa cada vez más atractivo,de hecho,parte del paso de ser nenes a sentirnos adultos con derechos y sin deberes(porque esos son para el colegio)se halla configurado por el permiso que nos confiere la autoridad paterna para quedarnos despiertos,y poder salir de noche,para,paradójicamente,tratar de volver lo mas tarde posible,es decir,cuando despunta el nuevo día.
Cuando las plantas y los adultos crecemos,ellas tambien se encargan de regarnos a nosotros,y ahí descubrimos que llenan de oxígeno y otras vastas propiedades(como el mágico aloe vera).Quiza ellas tambien salgan de noche,o tengan otra vida.Por ahí se sientan mas amigas de la Luna que del Sol,pero lo ocultan para mantener las apariencias.De noche a ellas nadie las riega,ni les habla ni les da demasiada importancia,entonces se sienten mas libres,y,por que no,el patio es su fiesta.
Los misterios de la noche para nosotros tambien traen aparejados otros temas de la adultez.De noche se ama,se come,se trabaja,se sale,de noche se suele ser,y ser en distintas formas y lugares,casi siempre mas relajados que en el día.En realidad,cuando crecemos,la fotosíntesis nuestra precisa mas noche que luz.Será por eso que las plantas nos sonríen,ellas también están en otra cosa.
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