viernes, 16 de septiembre de 2011

Miedos

Es un tema complejo el miedo.Todos tenemos miedo a algo,por pequeño que sea,y según muchos gran parte de la vida consiste en cómo los afrontamos y sacamos adelante esos obstáculos que nos separan de una visión que tenemos de nosotros mismos.
A mi entender,lo que más miedo da en la vida,es la vida misma.Quiero decir,en general,para un trabajo,un deporte,o incluso para las relaciones humanas,existe una cierta rutina,como una especie de manual tácito que indica por qué carriles discurrir en el día a día para andar más o menos sobre seguro.Pero la vida da miedo porque precisamente es imprevisible,por mucho que queramos acotarla,y porque no hay un manual de tareas que enseñe a vivir.Por muchas veces o muchas ganas que pongamos en tratar de buscarlo,cada uno va escribiendo cada letrita del suyo,único e individual,a medida que transcurre el propio existir.Y eso duele.Y eso da miedo.Y el miedo paraliza como se suele decir.
Miedo a que salga mal,miedo a que no salga,miedo a que digan,miedo a que callen,miedo...miedo al miedo,que es el medio para no enfrentarlo.Ese mismo miedo es el que a veces nos lleva a repetir errores pasados,por el pánico a repetirlos.
Pero la certeza que hay es que,por más que es muy dificil vencerlo,en algún momento de la vida sólo nos queda la opción de enfrentarlo...o la de dejar que gane,claro.
Pero esta última opción equivale a abandonar,que es más fácil que nada.
Por más que por momentos den ganas de morirse,la vida merece ser vivida,y parte de ello es hacer frente a esos momentos en que quedamos frente a frente con todos nuestros miedos,y lo que hagamos en relación a ello nos define.Es una tarea ardua,por demás compleja y un tanto desmoralizante,pero siempre se cuenta con una pequeña ayuda,como la de esos ejemplos que no quisiéramos repetir.
Porque aunque cueste ver el sol,la esencia que nos identifica está siempre presente,y juega una final cada vez que la ponemos en esa situación de enfrentar ese terreno interno donde el miedo juega de local.
Porque de las alternativas que hay,la que queda es jugar el todo por el todo,y jugarle el mano a mano a esas trabas siendo quien se es,respetando los propios tiempos,siendo fiel a la persona que se es,y,sin importar el resultado,ese ya es el principio de la victoria.
Por más que el camino sea el más largo para el resto,por más que cueste ver el sol,y por más que parezca que la tristeza no tiene fin,al cabo de todo esto es una apuesta,y tiene sentido precisamente en la medida en que uno se juega por lo que siente,por más trabas o complicaciones que haya.Y jugársela sin mezquinar nada,por más que el miedo tenga mejor equipo,pero con conciencia de que sólo se le puede ganar con alegría.

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