Siempre pensé que cuando llegara el momento en que más o menos,uno se enfrentara de una manera u otra,con el peligro concreto y material,esa parafernalia que venden en las películas de que la vida se te pasa en un instante adelante de los ojos en realidad no debería ser del todo así.Ojo,tampoco tenía demasiado interés en conocer si pasaba de verdad o no,no era una duda que me acuciara o sin la cual no pudiera seguir mi vida(de hecho,la pude seguir siempre perfectamente).Bueno,el tema es que,igual,tenía una picazón de qué pasaría igual.Es decir,qué es lo que se te pasa por la cabeza como a los personajes de las películas(que en general se terminan salvando,pero porque es ficción,obvio)¿Será la infancia lo primero que se te viene a la cabeza?¿tus primeras palabras tal vez?eso sería bastante dificil,porque al menos en mi caso,no me acuerdo exactamente imágenes de mi primer infancia;creo que si hubiera un punto etario en el cual ubicar el inicio de mis recuerdos,considero que iniciaría no mucho antes de los 6 años,a lo sumo,5,y lo anterior son todos como recuerdos aislados.Con lo cual,ya podía ir descartando 5 años de 25,es decir que me quedaban apenas 20.A eso tengo que sumarle que además,mi vida no es un canto a la adrenalina,sino más o menos lo contrario,un semi culto a la tranquilidad,con la dosis de aceleración de todos los que habitamos Capital o el Conurbano,pero dentro de los límites de una vida anónima,que permite hacer lo que a uno se le cante sin que mayormente lo jodan,con lo cual esos 20 años no están plagados de excesos ni de experiencias límites ni nada que se le parezca.Supongo que para estos momentos,viene bien cuando uno ya tuvo descendencia,con lo cual una de las cosas que aparecerían en el film,serían esos tiernos rostros;bien,tampoco lleno ese casillero,así que tenía una menos para experimentar.La gloria deportiva,académica o laboral suelen ser buenos sucedáneos para cubrir tales baches,y que aparezcan esas fotos casi como panorámicas para iluminar ese encuentro con la inminencia;lamento desilusionar de nuevo,pero,para variar,todavía a mi currícula académica le faltan materias,en lo deportivo disto de ser un atleta exitoso o siquiera integrar un equipo que alguna vez haya no acariciado sino aunque sea mirado un poco de cerca el triunfo,y en lo laboral,si bien no me quejo,no podría decir que he logrado una trayectoria que me haga sentir realizado.Bueno,como se verá,la simplificación no me dejaba demasiadas emociones como para editar la película,pero,para seguir un poco el racconto,podría apelar al lado de los afectos.En ese sí que no me puedo quejar,tengo los amigos que quiero tener,y no los cambiaría por nada,una hermosa personita que amo amar y me hace feliz,y eso ya es mucho decir,una familia que es la mía,como la de cada uno,pero que por ser mía para mí es mejor que la de todos,un grupo que es como un hijo y me da las mismas felicidades y problemas prácticamente que uno de ellos,lleno de personitas especiales,locas,y adorables,el perro que siempre soñé y me llena de cariño,la lucecita que me alumbra desde arriba...en fin,en este punto salgo bien,y,a decir verdad,para mí cubre todo lo anterior.Pero bue,a lo que iba;con estas imágenes,era bastante reducido el campo de imágenes para cruzarse por mi mente a la hora de verle la cara al peligro,por ponerlo en términos grandilocuentes.
El punto de todo esto es que,cuando en realidad me llegó el momento de enfrentar la situación,ese momento adrenalínico y genial,esa trascendental circunstacia que define entre héroes,miedosos y otras yerbas,tuvo cosas puntuales que,más allá del miedo,me dejaron para destacar.La primera de ellas,es que me tocó pasarlas como creo que a cualquiera le gustaría en caso de elegir,que es flanqueado por dos amigos,por tipos que,como dije arriba,no cambiaría por nada,y calculo que un significado debe tener que haya sido en compañía de ellos.La otra cosa es que siempre pensé que al momento de correr un riesgo,trataría de minimizarlo a su partícula más pequeña,de modo que la incidencia de tal peligro,se redujera a una porción minúscula,y siempre tuve claro que ese es el momento de arrugar,y que hay muchos cementerios llenos de héroes,y yo soy de los que prefieren ser cobardes que al final del día llegan a casa,juegan con el perro y besan a los seres queridos.
Siempre tuve todo eso muy claro,pero,sucede que la vida como ya escribí,no deja de sorprender(será por eso que es tan irresistiblemente encantadora),y en el momento en que me tocó verle la cara al peligro,tiré todo esa planificación al tacho,y arriesgué mucho más de la cuenta,y no sólo no minimicé,sino que agrande el riesgo e incluso agrandé la situación,haciendo peligrar a esos tipos de fierro,que no dudaron en seguirme,y todo lo preconcebido se borró cuando,al ver el revolver apuntando,no dudé y apreté a fondo la palanca de cambios,y,como buen valiente,huí para atrás.Y en ese momento,cuando sin mirar hubo otro tan loco como yo,que en vez de hacer lo que sintió correcto,acompaño la locura de este insano,que hizo lo contrario de lo que dicen los manuales(y no me justifico,sólo lo expongo),en ese momento en el que todo dura muy poco y a la vez el tiempo se hace chicle,en ese momento que origina los posteriores "y si....??"que prefiero dejar en que y si mi abuela tuviera rueditas,sería changuito de supermercado.En ese momento,donde como ya expuse,no tenía demasiados argumentos para armar un filme de bajo presupuesto aunque sea,en ese momento,tal y como siempre pensé,por la cabeza,no sólo no se proyecta un filme,ni siquiera un corto,sino que es como una sensación de que todo es mentira,y,al final de cuentas,que era lo que quería averiguar...por la mente no se te cruza absolutamente nada,sólo esa sensación de mirar al cielo,y agradecer que esta vez te toca seguir.Pero no para tomarlo como una segunda chance o replantear todo y empezar a tirarse de puentes y buscar otras experiencias extremas,sino para profundizar esa sensación de que las pocas imágenes que harían mi película,no la cambiaría por otras vacías que conformaran un largometraje,sino que prefiero mi corto,así como es,con lo bueno y lo malo,lo dulce y lo amargo,y sobre todo,con la gente,con los actores que tiene,esos que hacen su personaje como si cada día se jugaran una nominación al premio,y en el medio mientras todos hacen lo suyo,me gusta pensar que yo también cumplo un papel,y sonrío.
martes, 17 de agosto de 2010
miércoles, 11 de agosto de 2010
Avenida
¿Y qué pasaría si resultara todo contrario a aquello en lo que creo?¿Qué pasaría si de golpe todo aquello enemistado con lo que considero correcto terminara siendo lo acertado?,¿tendría la hidalguía de reconocerlo?Es decir,por más que la evidencia y la razón estuvieran del otro lado,creo que me sería muy dificil(por no decir imposible)reconocerle tal virtud.Hay un punto en el cual la coherencia terminaría siendo contradictoria,porque sin importar que la consecuencia directa indudablemente me llevaría a pararme en la vereda de enfrente,la testarudez a su vez me obligaría a permanecer en el bando derrotado,quizá porque en ese extremo la camiseta de la verosimilitud no me luciría bien.
Tampoco es una cuestión de soberbia u omnipotencia;aunque es dificil ver las propias creencias chocar a una pared,más costoso debe ser verlas desde el ángulo opuesto,a la distancia,y en realidad es un gran defecto,del cual no pretendo hacer gala,pero tampoco corregir.En este punto ,de hecho,creo que la coherencia encerraría en su seno la misma paradoja de chocarse con su mismo extremo,punto en el cual se satura la razón y es practicamente imposible permanecerle fiel.
Aunque tampoco veo tan claro si esto configuraría pasar diametralmente al otro bando,posibilidad que analizo con bastante horror,no obstante la frialdad de las letras.Si toda esta construcción verbal,como supongo,no desembocara en ninguna claridad,sino todo lo contrario,si en realidad no importa mucho de que lado de la calle de la consecuencia con las propias creencias se esté,como hagan muchos,y quizá sea válido,y si al final del recorrido la claridad estuviera del otro lado,supongo que contestándome la pregunta inicial,elegiría estrechar las manos,agachar la cabeza e irme,con la sombra y la derrota a cuestas,pero habiendo peleado hasta la última pelota.Con la certeza de que en este caso,a pesar de las paradojas,a pesar de que este mal,a pesar de los pesares,prefiero quedarme de esta vereda,aunque a veces le erre en el camino,aunque a veces no vea los pozos,y aunque...aunque todo,aunque a veces,aunque nunca.Aunque me equivoque,prefiero hacerlo de la manera que me termine haciendo feliz
Tampoco es una cuestión de soberbia u omnipotencia;aunque es dificil ver las propias creencias chocar a una pared,más costoso debe ser verlas desde el ángulo opuesto,a la distancia,y en realidad es un gran defecto,del cual no pretendo hacer gala,pero tampoco corregir.En este punto ,de hecho,creo que la coherencia encerraría en su seno la misma paradoja de chocarse con su mismo extremo,punto en el cual se satura la razón y es practicamente imposible permanecerle fiel.
Aunque tampoco veo tan claro si esto configuraría pasar diametralmente al otro bando,posibilidad que analizo con bastante horror,no obstante la frialdad de las letras.Si toda esta construcción verbal,como supongo,no desembocara en ninguna claridad,sino todo lo contrario,si en realidad no importa mucho de que lado de la calle de la consecuencia con las propias creencias se esté,como hagan muchos,y quizá sea válido,y si al final del recorrido la claridad estuviera del otro lado,supongo que contestándome la pregunta inicial,elegiría estrechar las manos,agachar la cabeza e irme,con la sombra y la derrota a cuestas,pero habiendo peleado hasta la última pelota.Con la certeza de que en este caso,a pesar de las paradojas,a pesar de que este mal,a pesar de los pesares,prefiero quedarme de esta vereda,aunque a veces le erre en el camino,aunque a veces no vea los pozos,y aunque...aunque todo,aunque a veces,aunque nunca.Aunque me equivoque,prefiero hacerlo de la manera que me termine haciendo feliz
domingo, 18 de julio de 2010
Más allá
Deben de existir varias razones(tantas como personas aproximadamente)por las cuales la vida es una gran cosa.Mi intención no es indagar todas y cada una de ellas,ni mucho menos,cosa que por otra parte sería de muy dificultoso logro,sino tan sólo esbozar una aproximación a las mías.
Por esta vez voy a tratar de concentrarme en una de ellas,y creo que es una sensación bastante universal,independientemente de la edad o del período de la vida.Es esa sensación a la que se arriba en algún momento,en algún ámbito específico,de "estar más allá".Me refiero con estar más allá,a tener esa especie de certeza de que cualquier cosa que pueda pasar es como si flotara alrededor sin modificar sustancialmente la propia realidad.Una especie de impunidad que nos blinde de los cambios externos,y nos haga inmunes a cualquier cambio,porque es como estar dentro de una caja de cristal,donde las balas pueden picar cerca,o incluso pegar en el vidrio,pero no van a atravesarlo,no van a lograr modificar la calma,la quietud del statu quo.Claro que para aquellos que aman los cambios quizá esto que acabo de escribir en realidad sea algo desdeñable,y lo entiendo,es cuestión de modos de sentir la vida nomás.
Pero siguiendo con la parte que me toca,con esa seguridad,esa invulnerabilidad que se aprende a desarrollar quizá merced al paso del tiempo,o al logro de ciertos objetivos o reconocimientos mas o menos consecutivamente,y siempre en virtud de lo que los demás hacen para que podamos experimentarlo,no es a ella misma a quien me quiero referir,sino justamente a la falta de ella.Es decir,a esos momentos en los cuales la vida nos da una especie de cachetada y nos deja cara a cara con la desnudez de lo que somos.Porque cuando se vivencia esa sensación,se corre el riesgo también de perder el horizonte de los desafíos,de no tener perspectiva y ver sólo lo rutinario,como los caballos que ven sólo para adelante y con un estrecho campo de visión.Y eso suele tener los mismos efectos que la morfina,que es potente para menguar un dolor,pero no se revela como eficaz solución en el largo plazo,sino más bien como una panacea.
Y la conclusión que extraigo es que una de las derivaciones mágicas que tiene la vida es esta capacidad de recordarnos cada tanto que el suelo que pisamos es una especie de gran pista de patinaje sobre hielo,en la cual hay que ir tanteando cada cierto tiempo,y también ir construyendo sobre esa capa de piso gelatinoso nuestra porción propia cemento,un cemento que no hay que olvidar que tiene también su propio tiempo de secado,y también su vida útil,es decir que hay que ir renovándolo cada tanto para que no pierda vigor.Y digo que es mágica esta cualidad,porque me parece apropiada esa denominación para esta posibilidad que se nos da de construir lo propio,que es a la vez una gran responsabilidad,porque sus consecuencias,su solidez o no,también serán culpa nuestra;pero esas culpas no obturan que es una gran oportunidad,que cada tanto se nos olvida,la que tenemos de buscar los mejores caminos,y,a veces,cuando el camino que encaramos no nos parece el correcto aunque sea el más comfortable,y esto puede llegar a pasar bastante,hacer una pausa para reflexionar,reevaluar,y saber identificar el punto en el camino en el que hubiera valido la pena doblar hacia el otro lado,y retomarlo,y no creo que ese retomar el camino sea una traición a los propios principios(dependiendo del giro que hagamos,claro está),sino saber aprovechar las oportunidades que se presentan.Oportunidades que también encierran caminos de crecimiento y redescubrimiento de la propia persona,aun cuando vivimos una época que no fomenta el pensar en las propias convicciones.Después de todo,para cerrar citando una frase del Che Guevara,que no se si vendrá del todo al caso,pero me gusta: "el presente es de lucha,el futuro es nuestro"
Por esta vez voy a tratar de concentrarme en una de ellas,y creo que es una sensación bastante universal,independientemente de la edad o del período de la vida.Es esa sensación a la que se arriba en algún momento,en algún ámbito específico,de "estar más allá".Me refiero con estar más allá,a tener esa especie de certeza de que cualquier cosa que pueda pasar es como si flotara alrededor sin modificar sustancialmente la propia realidad.Una especie de impunidad que nos blinde de los cambios externos,y nos haga inmunes a cualquier cambio,porque es como estar dentro de una caja de cristal,donde las balas pueden picar cerca,o incluso pegar en el vidrio,pero no van a atravesarlo,no van a lograr modificar la calma,la quietud del statu quo.Claro que para aquellos que aman los cambios quizá esto que acabo de escribir en realidad sea algo desdeñable,y lo entiendo,es cuestión de modos de sentir la vida nomás.
Pero siguiendo con la parte que me toca,con esa seguridad,esa invulnerabilidad que se aprende a desarrollar quizá merced al paso del tiempo,o al logro de ciertos objetivos o reconocimientos mas o menos consecutivamente,y siempre en virtud de lo que los demás hacen para que podamos experimentarlo,no es a ella misma a quien me quiero referir,sino justamente a la falta de ella.Es decir,a esos momentos en los cuales la vida nos da una especie de cachetada y nos deja cara a cara con la desnudez de lo que somos.Porque cuando se vivencia esa sensación,se corre el riesgo también de perder el horizonte de los desafíos,de no tener perspectiva y ver sólo lo rutinario,como los caballos que ven sólo para adelante y con un estrecho campo de visión.Y eso suele tener los mismos efectos que la morfina,que es potente para menguar un dolor,pero no se revela como eficaz solución en el largo plazo,sino más bien como una panacea.
Y la conclusión que extraigo es que una de las derivaciones mágicas que tiene la vida es esta capacidad de recordarnos cada tanto que el suelo que pisamos es una especie de gran pista de patinaje sobre hielo,en la cual hay que ir tanteando cada cierto tiempo,y también ir construyendo sobre esa capa de piso gelatinoso nuestra porción propia cemento,un cemento que no hay que olvidar que tiene también su propio tiempo de secado,y también su vida útil,es decir que hay que ir renovándolo cada tanto para que no pierda vigor.Y digo que es mágica esta cualidad,porque me parece apropiada esa denominación para esta posibilidad que se nos da de construir lo propio,que es a la vez una gran responsabilidad,porque sus consecuencias,su solidez o no,también serán culpa nuestra;pero esas culpas no obturan que es una gran oportunidad,que cada tanto se nos olvida,la que tenemos de buscar los mejores caminos,y,a veces,cuando el camino que encaramos no nos parece el correcto aunque sea el más comfortable,y esto puede llegar a pasar bastante,hacer una pausa para reflexionar,reevaluar,y saber identificar el punto en el camino en el que hubiera valido la pena doblar hacia el otro lado,y retomarlo,y no creo que ese retomar el camino sea una traición a los propios principios(dependiendo del giro que hagamos,claro está),sino saber aprovechar las oportunidades que se presentan.Oportunidades que también encierran caminos de crecimiento y redescubrimiento de la propia persona,aun cuando vivimos una época que no fomenta el pensar en las propias convicciones.Después de todo,para cerrar citando una frase del Che Guevara,que no se si vendrá del todo al caso,pero me gusta: "el presente es de lucha,el futuro es nuestro"
lunes, 12 de julio de 2010
Oscuridades
Cuando era chico me daba miedo dormir con la luz apagada.No podría especificar bien miedo a qué;calculo que ya tenía en claro que el cuco no existía,pero,a diferencia de papa noel o los reyes,no había mutado en papá o mamá.Ojo que cuando digo "chico" es un adjetivo un tanto mentiroso,porque el trauma no terminó con la transición jardín/primaria como sí varias otras cosas,sino que se extendió un par de años más,y,de hecho,sirvió para ir forjando una de las amistades que me acompañan hasta hoy,cuando en algún campamento de 5to grado hice que 5 desafortunados compañeros padecieran mi fobia soportando toda una noche con la luz prendida(a pesar de que me tocó una de las camas marineras de abajo).Pero decía que desde chico me acompañó y marcó esa aversión a la oscuridad,que,si bien nunca me dediqué a interpretar cabalmente,dejó alguna huella.
Lo paradójico es que,una vez superado el trauma,el impulso fue inmediatamente antagónico,ocasionando que ahora necesite disponer de la más abosluta oscuridad para conciliar el sueño.Creo que si tuviera que buscar alguna enseñanza sería algo así como que de chico la inocencia de la edad me llevaba a buscar la absoluta nitidez,en virtud de que a esa edad el alma es de por sí muy pura y clara,mientras que con el correr de los años y el devenir de los sucesos casi inconscientemente uno va aceptando dosis cada vez más progresivas pero perdurables de especulación,manipulación,resentimiento,envilecimiento,corrupción(y hablo de las cosas cotidianas,no de las grandes "gestas",por así decirlo)que trocan aquella claridad inicial en esta oscuridad madura.Y paulatinamente se va acostumbrando el alma a vestir esas ropas oscuras,y se va convenciendo de que le quedan mejor,porque pasa más desapercibida en el carnaval de almas cotidiano.
Desde luego que siempre quedan vestigios,quizá impregnados de nostalgia,de aquella época de buscar que todo,inclusive la inaplacable noche,transcurra dentro de los márgenes de la luz que todo disipa.Y no es motivo de orgullo la actual preferencia por el apagón,sino todo lo contrario,y es quizá este texto una expresión de esa búsqueda interna de generar ese anhelo consciente también de que el apego a lo oscuro puede encubrir un temor a ver las cosas otra vez a la diáfana luz,por temor de que ese nene se asuste,de que ciertas cosas de este hombre lo decepcionen;pero asumiendo,asimimso un irrenunciable esfuerzo de ganarle cada noche un centímetro más al cerco de la penumbra,porque es bien claro que no está muerto quien pelea,y si la luz en la madrugada se va derrotada,cada mañana vuelve a dar pelea,victoriosa,y es un placer que no se resigne,y un deber acompañarla.También porque me gusta sentir que,del otro lado del espejo,ese nene me mira sonriendo,y no se siente extraño ni defraudado en lo que le va tocando en suerte.
Lo paradójico es que,una vez superado el trauma,el impulso fue inmediatamente antagónico,ocasionando que ahora necesite disponer de la más abosluta oscuridad para conciliar el sueño.Creo que si tuviera que buscar alguna enseñanza sería algo así como que de chico la inocencia de la edad me llevaba a buscar la absoluta nitidez,en virtud de que a esa edad el alma es de por sí muy pura y clara,mientras que con el correr de los años y el devenir de los sucesos casi inconscientemente uno va aceptando dosis cada vez más progresivas pero perdurables de especulación,manipulación,resentimiento,envilecimiento,corrupción(y hablo de las cosas cotidianas,no de las grandes "gestas",por así decirlo)que trocan aquella claridad inicial en esta oscuridad madura.Y paulatinamente se va acostumbrando el alma a vestir esas ropas oscuras,y se va convenciendo de que le quedan mejor,porque pasa más desapercibida en el carnaval de almas cotidiano.
Desde luego que siempre quedan vestigios,quizá impregnados de nostalgia,de aquella época de buscar que todo,inclusive la inaplacable noche,transcurra dentro de los márgenes de la luz que todo disipa.Y no es motivo de orgullo la actual preferencia por el apagón,sino todo lo contrario,y es quizá este texto una expresión de esa búsqueda interna de generar ese anhelo consciente también de que el apego a lo oscuro puede encubrir un temor a ver las cosas otra vez a la diáfana luz,por temor de que ese nene se asuste,de que ciertas cosas de este hombre lo decepcionen;pero asumiendo,asimimso un irrenunciable esfuerzo de ganarle cada noche un centímetro más al cerco de la penumbra,porque es bien claro que no está muerto quien pelea,y si la luz en la madrugada se va derrotada,cada mañana vuelve a dar pelea,victoriosa,y es un placer que no se resigne,y un deber acompañarla.También porque me gusta sentir que,del otro lado del espejo,ese nene me mira sonriendo,y no se siente extraño ni defraudado en lo que le va tocando en suerte.
domingo, 4 de julio de 2010
Busqueda
A riesgo de que sea monotemático,y con ello se convierta en aburrido,lo que me viene a la cabeza tiende a ahondar la situación referente al relato anterior.No ya girando en torno a los pósters,aunque quizá indirectamente se sientan aludidos.
El punto es que viendo esa pared vacía,despintada,con las huellas de los papeles que ya no están,me di cuenta que a su vez,como junto con los afiches había algunos cuadros(en realidad observando esto me di cuenta de que eran más de los que pensaba),al retirarlos,quedaron colgando en la pared,supongo que por mi pereza de sacarlos más que por un designio del destino,varios clavos.Quizá la metáfora sea muy burda,pero observándolos se me vino la idea de que representan esas circunferencias metálicas.Calculo que la imagen es bastante poderosa,y se la puede abordar desde múltiples costados,y todos ellos serán igualmente valederos,como así también eficaces serán los resultados de tal exposición.Yo creo que preferí quedarme en la más simple,esto es observar puntualmente esos clavos solitarios en una pared,en la cual hasta antes de ayer practicamente ellos tenian una función,ellos sostenían algo,que,sin su presencia,no podría haber perdurado allí,eran un instrumento clave,desde su lugar y desde su función.
Ahora,viéndolos detenidamente,ya sin sostener nada pero igualmente ahí,me enfrento a una dualidad.Por un lado,observarlos ya sin cumplir ninguna funcion práctica me da la tentación de sacarlos,de arrancarlos de ahí y mandarlos a descansar a una bolsa,después de todo,no están vencidos,van a poder seguir cumpliendo su función.Ninguno de ellos están doblados,y a pesar de los años pueden seguir bancando como siempre.No obstante ello,su imagen es como la de un pueblo abandonado,desolado,de esos pueblitos del interior de la provincia que alguna vez han tenido gravitación alrededor de una fábrica o similar,que una vez cerrada dejó al pueblo sin pueblo.
La otra imagen que viene,y genera la antinomia con la anterior,es la de a pesar de sus soledad permanecer ahí,firmes a pesar de la adversidad y el abandono,y el despojo.El saber mantenerse,la firmeza en la convicción de que su lugar es ese,y de que luego de tanto tiempo de estar allí,su lugar ya no es una bolsa de vuelta,sino que su pertenencia está arraigada a esa pared,por más que el objeto que los haya hecho estar ahí ya no esté,y quizá estén ahora buscando redefinir su ubicación,replantearse el hecho mismo del rol que cumplen,y esa búsqueda,ese intenso peregrinar permaneciendo en el lugar sea una posible clave,esto es el buscar y volver a buscar pero sin perder de foco el centro de ubicación que es su lugar,y la base desde la cual buscar el horizonte a seguir.
Pero,claro,después de todo,estoy hablando solamente de clavos,y,al final de cuentas,los clavos les interesan nada más a los ferreteros,y toda esa dualidad se podría ir al tacho con que solamente agarré una pinza y los mande a dormir el largo sueño de la bolsa transparente,es decir,son clavos,no tienen sentimientos ni nada por el estilo.Pero yo los miro,y se que ellos me piden que al menos por ahora no los saque,y ellos saben que por lo menos por ahora,no lo voy a hacer,y los dos dormimos tranquilos.
El punto es que viendo esa pared vacía,despintada,con las huellas de los papeles que ya no están,me di cuenta que a su vez,como junto con los afiches había algunos cuadros(en realidad observando esto me di cuenta de que eran más de los que pensaba),al retirarlos,quedaron colgando en la pared,supongo que por mi pereza de sacarlos más que por un designio del destino,varios clavos.Quizá la metáfora sea muy burda,pero observándolos se me vino la idea de que representan esas circunferencias metálicas.Calculo que la imagen es bastante poderosa,y se la puede abordar desde múltiples costados,y todos ellos serán igualmente valederos,como así también eficaces serán los resultados de tal exposición.Yo creo que preferí quedarme en la más simple,esto es observar puntualmente esos clavos solitarios en una pared,en la cual hasta antes de ayer practicamente ellos tenian una función,ellos sostenían algo,que,sin su presencia,no podría haber perdurado allí,eran un instrumento clave,desde su lugar y desde su función.
Ahora,viéndolos detenidamente,ya sin sostener nada pero igualmente ahí,me enfrento a una dualidad.Por un lado,observarlos ya sin cumplir ninguna funcion práctica me da la tentación de sacarlos,de arrancarlos de ahí y mandarlos a descansar a una bolsa,después de todo,no están vencidos,van a poder seguir cumpliendo su función.Ninguno de ellos están doblados,y a pesar de los años pueden seguir bancando como siempre.No obstante ello,su imagen es como la de un pueblo abandonado,desolado,de esos pueblitos del interior de la provincia que alguna vez han tenido gravitación alrededor de una fábrica o similar,que una vez cerrada dejó al pueblo sin pueblo.
La otra imagen que viene,y genera la antinomia con la anterior,es la de a pesar de sus soledad permanecer ahí,firmes a pesar de la adversidad y el abandono,y el despojo.El saber mantenerse,la firmeza en la convicción de que su lugar es ese,y de que luego de tanto tiempo de estar allí,su lugar ya no es una bolsa de vuelta,sino que su pertenencia está arraigada a esa pared,por más que el objeto que los haya hecho estar ahí ya no esté,y quizá estén ahora buscando redefinir su ubicación,replantearse el hecho mismo del rol que cumplen,y esa búsqueda,ese intenso peregrinar permaneciendo en el lugar sea una posible clave,esto es el buscar y volver a buscar pero sin perder de foco el centro de ubicación que es su lugar,y la base desde la cual buscar el horizonte a seguir.
Pero,claro,después de todo,estoy hablando solamente de clavos,y,al final de cuentas,los clavos les interesan nada más a los ferreteros,y toda esa dualidad se podría ir al tacho con que solamente agarré una pinza y los mande a dormir el largo sueño de la bolsa transparente,es decir,son clavos,no tienen sentimientos ni nada por el estilo.Pero yo los miro,y se que ellos me piden que al menos por ahora no los saque,y ellos saben que por lo menos por ahora,no lo voy a hacer,y los dos dormimos tranquilos.
viernes, 25 de junio de 2010
Momentos
En algún momento de la vida,todo ser humano debe tener algo así como esos momentos trascendentales que definen su condición de pertenencia al género;esto vendría a ser,esos momentos en los cuales uno verdaderamente siente que reafirma su condición de hombre o de mujer,o de aquello que uno elija ser.
Esos momentos suelen ser gratamente apreciados en el mismo momento que pasan,y esta debe ser una particularidad que los distingue.Son pocos los momentos en los que se tiene plena conciencia de estar ante actos trascendentales o fundacionales de la propia existencia,es mucho más fácil ver cuando tienen lugar sucesos importantes en la vida de una sociedad,o incluso en las vidas de los otros individualmente,pero los momentos que a uno le marcan mojones en el existir son mucho más sutiles,imperceptibles.En cambio,los momentos a los que me refiero,son totalmente concretos y perfectamente reconocibles ante su misma aparición;aquellos momentos en los que se tiene conciencia de que uno "se hace hombre".
Luego de todo este prólogo,creo que me sería mucho más funcional narrar que ese momento en mi vida fue la primera vez,o alguna demostración poderosa de valor,coraje,un momento donde uno enfrenta al peligro cara a cara,o,aunque sea,ve al diablo en calzoncillos.Pero no,no tengo la fortuna de contar con uno de esos momentos en el haber,así que la narración no va a ser lo que prometió,pero ello igualmente me parece digno,ya que al menos generó expectativa.
El momento en el que siento que me hice hombre no tiene nada que ver con esas situaciones,tiene mucho menos heroismo.Desde luego,es mucho más heroico y digno de ser contado salvarle la vida a alguien que...un tipo haciendo limpieza de su cuarto;pero lo que tengo es el momento en el cual yo sentí eso que describía antes,o al menos uno de esos momentos,y es cuando saqué todos los posters y cuadros de mi pieza.Puede que sea un tanto insuficiente,pero es lo que tengo.
El primero de esos posters llegó a la pared del cuarto en el 94,hasta ese momento la blanca pared sólo era adornada por un par de cuadros bien noventosos,con las tortugas ninja o alguna pintura hecha por una ex novia de mi hermano que creía tener buena mano para la pintura(no es que yo tenga entidad para decir si la tenía o no,sólo que no me caía bien),y como suele pasar,detrás del primero se desató una catarata que incluyó además de formaciones gloriosas de equipos de River,fotos de los Bulls de Jordan,jugadores de fútbol internacional,alguna que otra bella señorita,una foto de Benedetti,y el afiche con todos los personajes de Los Simpsons,entre otros.En su momento,allá por el 97,cuando ya tenía bastantes colgados,me hicieron gozar de cierta envidia entre los compañeros de colegio,porque en ese momento era casi transgreso tener posters en la pared(cosa que hoy de transgreso no tiene nada en absoluto),así que podría decirse que les agradecí durante mucho tiempo ese status que me concedieron,y la verdad es que fuimos muy felices durante mucho tiempo,a lo largo de los casi 16 años que compartimos,con algunos fueron menos pero redondeo para arriba.
Y no es que hayamos dejado de llevarnos bien,eh,o que se haya acabado la magia,o la pasión,y de pronto hubiera tenido lugar una ruptura definitiva.No,nada de eso.Yo les sigo teniendo el mismo cariño,o quizá más,que cuando por primera vez les puse esa cinta scotch en sus puntas,que con los años perdió la transparencia por la tierra,y les busqué lugar en esa pared,en ese pedazo de tierra que me definía.Y se plenamente que ellos también a mí;me lo demostraron con su gran fidelidad en estos años,sabiendo ocupar plenamente el lugar de testigos de grandes éxitos,alguna que otra módica proeza,varios fracasos,incontables decepciones,infundadas esperanzas,rabias mezcladas con pensamientos hasta altas horas,angustias de los amigos por las primeras decepciones amorosas,confesiones de diversas índoles,noches interminables matizadas por la pizza y con la compañía de videojuegos en las postrimerías de la secundaria,de eso que se llama "ser grande",y que,gracias a ellos también,siempre sentí que jugaba de local,por más que los primeros 5 años con su presencia,la pieza era sólo 50% mía.En todos esos pasos,en todos esos momentos,estos compañeros estaban ahí,bancando veranos de ventiladores que movían esas puntas que pedían renovación de pegamento,o inviernos que pegados a la pared son inclusive mucho más fríos que afuera.Y pasó el secundario también,y vinieron momentos tristísimos,hondamente tristes,y llantos largos,duros,de esos que quedan,y volvieron los amigos a estar en esa pieza para hacer saber que siempre iban a estar cuando la circunstancia les haga ponerse esa capa que es sólo de ellos y capear la situación,que parece una redundancia pero nunca lo es.Y 4 años después,con esa pérdida que no cesa,nunca cesan los dolores pero sin embargo todo el mundo aprende a cargar con ellos porque se sabe que la vida no para,ni siquiera para tomar un poco de aire,porque pase lo que pase la rueda sigue,y quizá viene mejor o quizá...bueno,quizá.
Y decía que 4 años después,cuando mi pieza de vuelta no es sólo mía,sino sólo 50%,y esta vez por elección propia,un día nos miramos,ellos y yo,un sábado fresco a la mañana estabamos juntos en el cuarto,y sin decirnos nada,entendimos que era el momento de que ellos tuvieran ese merecido descanso.De que no tuvieran que acumular más tierra sobre sus lomos y descansaran,y ahí,con ese dolor que nos anudaba adentro,uno a uno los fui sacando.Prefiero no entrar demasiado en consideraciones sobre el momento en sí,porque también sería injusto adjudicarle mayor importancia a algunos que a otros.Sí me voy a detener en que el momento llegó porque cuando ellos llegaron ahí,en gran parte me ayudaron a definir,o a saber quién era.De alguna extraña manera,en cada momento malo,esas 4 paredes me recordaban con esas imágenes,por iluso que sea,quien era yo,y me daban fuerza a cada momento.Y esa mañana de sábado,entendí que ya no podía seguir pidiéndoles que me definieran,porque ahora la definición la tengo que marcar yo,en el afuera,ahora que hace tiempo juego en el equipo de "los grandes",y nada que ver con la verguenza ni nada que se le parezca.
Lo tomo apenas como darles un descanso,pero,tanto ellos como yo,nos despedimos con la secreta pero compartida esperanza de que,algún día,dentro de algunos años,cuando ese cuarto ya no sea mío pero sí de otros míos,al entrar una mañana,me sorprenda de repente cuando por la puerta entreabierta,veo unas piernitas en puntas de pie,sosteniendo una hoja de diario mientras con las yemas de los dedos,busca que las puntas,queden bien bien pegadas a la pared.
Esos momentos suelen ser gratamente apreciados en el mismo momento que pasan,y esta debe ser una particularidad que los distingue.Son pocos los momentos en los que se tiene plena conciencia de estar ante actos trascendentales o fundacionales de la propia existencia,es mucho más fácil ver cuando tienen lugar sucesos importantes en la vida de una sociedad,o incluso en las vidas de los otros individualmente,pero los momentos que a uno le marcan mojones en el existir son mucho más sutiles,imperceptibles.En cambio,los momentos a los que me refiero,son totalmente concretos y perfectamente reconocibles ante su misma aparición;aquellos momentos en los que se tiene conciencia de que uno "se hace hombre".
Luego de todo este prólogo,creo que me sería mucho más funcional narrar que ese momento en mi vida fue la primera vez,o alguna demostración poderosa de valor,coraje,un momento donde uno enfrenta al peligro cara a cara,o,aunque sea,ve al diablo en calzoncillos.Pero no,no tengo la fortuna de contar con uno de esos momentos en el haber,así que la narración no va a ser lo que prometió,pero ello igualmente me parece digno,ya que al menos generó expectativa.
El momento en el que siento que me hice hombre no tiene nada que ver con esas situaciones,tiene mucho menos heroismo.Desde luego,es mucho más heroico y digno de ser contado salvarle la vida a alguien que...un tipo haciendo limpieza de su cuarto;pero lo que tengo es el momento en el cual yo sentí eso que describía antes,o al menos uno de esos momentos,y es cuando saqué todos los posters y cuadros de mi pieza.Puede que sea un tanto insuficiente,pero es lo que tengo.
El primero de esos posters llegó a la pared del cuarto en el 94,hasta ese momento la blanca pared sólo era adornada por un par de cuadros bien noventosos,con las tortugas ninja o alguna pintura hecha por una ex novia de mi hermano que creía tener buena mano para la pintura(no es que yo tenga entidad para decir si la tenía o no,sólo que no me caía bien),y como suele pasar,detrás del primero se desató una catarata que incluyó además de formaciones gloriosas de equipos de River,fotos de los Bulls de Jordan,jugadores de fútbol internacional,alguna que otra bella señorita,una foto de Benedetti,y el afiche con todos los personajes de Los Simpsons,entre otros.En su momento,allá por el 97,cuando ya tenía bastantes colgados,me hicieron gozar de cierta envidia entre los compañeros de colegio,porque en ese momento era casi transgreso tener posters en la pared(cosa que hoy de transgreso no tiene nada en absoluto),así que podría decirse que les agradecí durante mucho tiempo ese status que me concedieron,y la verdad es que fuimos muy felices durante mucho tiempo,a lo largo de los casi 16 años que compartimos,con algunos fueron menos pero redondeo para arriba.
Y no es que hayamos dejado de llevarnos bien,eh,o que se haya acabado la magia,o la pasión,y de pronto hubiera tenido lugar una ruptura definitiva.No,nada de eso.Yo les sigo teniendo el mismo cariño,o quizá más,que cuando por primera vez les puse esa cinta scotch en sus puntas,que con los años perdió la transparencia por la tierra,y les busqué lugar en esa pared,en ese pedazo de tierra que me definía.Y se plenamente que ellos también a mí;me lo demostraron con su gran fidelidad en estos años,sabiendo ocupar plenamente el lugar de testigos de grandes éxitos,alguna que otra módica proeza,varios fracasos,incontables decepciones,infundadas esperanzas,rabias mezcladas con pensamientos hasta altas horas,angustias de los amigos por las primeras decepciones amorosas,confesiones de diversas índoles,noches interminables matizadas por la pizza y con la compañía de videojuegos en las postrimerías de la secundaria,de eso que se llama "ser grande",y que,gracias a ellos también,siempre sentí que jugaba de local,por más que los primeros 5 años con su presencia,la pieza era sólo 50% mía.En todos esos pasos,en todos esos momentos,estos compañeros estaban ahí,bancando veranos de ventiladores que movían esas puntas que pedían renovación de pegamento,o inviernos que pegados a la pared son inclusive mucho más fríos que afuera.Y pasó el secundario también,y vinieron momentos tristísimos,hondamente tristes,y llantos largos,duros,de esos que quedan,y volvieron los amigos a estar en esa pieza para hacer saber que siempre iban a estar cuando la circunstancia les haga ponerse esa capa que es sólo de ellos y capear la situación,que parece una redundancia pero nunca lo es.Y 4 años después,con esa pérdida que no cesa,nunca cesan los dolores pero sin embargo todo el mundo aprende a cargar con ellos porque se sabe que la vida no para,ni siquiera para tomar un poco de aire,porque pase lo que pase la rueda sigue,y quizá viene mejor o quizá...bueno,quizá.
Y decía que 4 años después,cuando mi pieza de vuelta no es sólo mía,sino sólo 50%,y esta vez por elección propia,un día nos miramos,ellos y yo,un sábado fresco a la mañana estabamos juntos en el cuarto,y sin decirnos nada,entendimos que era el momento de que ellos tuvieran ese merecido descanso.De que no tuvieran que acumular más tierra sobre sus lomos y descansaran,y ahí,con ese dolor que nos anudaba adentro,uno a uno los fui sacando.Prefiero no entrar demasiado en consideraciones sobre el momento en sí,porque también sería injusto adjudicarle mayor importancia a algunos que a otros.Sí me voy a detener en que el momento llegó porque cuando ellos llegaron ahí,en gran parte me ayudaron a definir,o a saber quién era.De alguna extraña manera,en cada momento malo,esas 4 paredes me recordaban con esas imágenes,por iluso que sea,quien era yo,y me daban fuerza a cada momento.Y esa mañana de sábado,entendí que ya no podía seguir pidiéndoles que me definieran,porque ahora la definición la tengo que marcar yo,en el afuera,ahora que hace tiempo juego en el equipo de "los grandes",y nada que ver con la verguenza ni nada que se le parezca.
Lo tomo apenas como darles un descanso,pero,tanto ellos como yo,nos despedimos con la secreta pero compartida esperanza de que,algún día,dentro de algunos años,cuando ese cuarto ya no sea mío pero sí de otros míos,al entrar una mañana,me sorprenda de repente cuando por la puerta entreabierta,veo unas piernitas en puntas de pie,sosteniendo una hoja de diario mientras con las yemas de los dedos,busca que las puntas,queden bien bien pegadas a la pared.
lunes, 14 de junio de 2010
Brazos en alto
Abandonar suele ser la opción más simple.Se que los expertos en abandonos me dirán que no,que en realidad es una trama mucho más sutil y compleja la que lleva a una deserción,que la minúscula y módica decisión cotidiana de seguir remontando el barrilete contra viento y marea(si es que la marea afecta a los barriletes).Sin embargo,yo no les creo.Para mí sigue siendo la opción más fácil soltar los hilos,dejar que el barrilete se pierda en una nube y no verlo más;dejar que siga su camino sin importarnos si sufre,si sigue,si se quiebra,si su final es la rama de un árbol,que bajo nuestro esfuerzo jamás hubiera conocido.Si,sin duda sigo creyendo que abandonar es más facil que nada,como dice Andrés en aquel tema.
Es más facil porque es desligarse,sea esto de una persona,de una causa,de un ideal,de una carga,es dejarlo que se lo lleve (quien?el viento?el agua?Dios?) y no verlo más,aquella vieja reducción de que si no lo veo,si no lo siento,no está,no existe más.Y eso también es una mentira,porque por más que uno se tape los ojos,el sol sigue estando arriba,y lo mismo ocurre con aquellas causas que abandonamos,y que van quedando en el haber de nuestro balance;tarde o temprano llega el momento de conciliar lo que hicimos con lo que dejamos de hacer,y la mayoría de las veces la diferencia de ese ajuste se mide en dolor,esa molesta sensación de que si el tiempo volviera atrás(y no vuelve,tiene esa molesta manía de no volver,no tiene marcha atrás,siempre sigue para adelante,sea por vos,por mí o por aquel)no haríamos lo mismo que hicimos,ay,y es tan molesta esa sensación,ese pesar,esa deuda interna.
Por eso,a los justificadores de decepciones,les pido un favor:vayanse!pudranse,déjense de joder por un tiempo bien largo,un tiempo infinito si?un tiempo al menos,hasta que los que siempre luchamos por no bajar los brazos lleguemos a la estación en la cual el tren terminaba el viaje,y el guarda grite terminal,y nos bajemos con una sonrisa ancha,grandota,esa del deber cumplido;lleno de equivocaciones,quizá,pero cumplido al fin,y salgamos por el playón buscando nuevos desafíos,quizá sin una moneda en el bolsillo,pero...eso,qué importa??si,al final de cuentas,pase lo que pase,mañana...mañana siempre es martes.
Es más facil porque es desligarse,sea esto de una persona,de una causa,de un ideal,de una carga,es dejarlo que se lo lleve (quien?el viento?el agua?Dios?) y no verlo más,aquella vieja reducción de que si no lo veo,si no lo siento,no está,no existe más.Y eso también es una mentira,porque por más que uno se tape los ojos,el sol sigue estando arriba,y lo mismo ocurre con aquellas causas que abandonamos,y que van quedando en el haber de nuestro balance;tarde o temprano llega el momento de conciliar lo que hicimos con lo que dejamos de hacer,y la mayoría de las veces la diferencia de ese ajuste se mide en dolor,esa molesta sensación de que si el tiempo volviera atrás(y no vuelve,tiene esa molesta manía de no volver,no tiene marcha atrás,siempre sigue para adelante,sea por vos,por mí o por aquel)no haríamos lo mismo que hicimos,ay,y es tan molesta esa sensación,ese pesar,esa deuda interna.
Por eso,a los justificadores de decepciones,les pido un favor:vayanse!pudranse,déjense de joder por un tiempo bien largo,un tiempo infinito si?un tiempo al menos,hasta que los que siempre luchamos por no bajar los brazos lleguemos a la estación en la cual el tren terminaba el viaje,y el guarda grite terminal,y nos bajemos con una sonrisa ancha,grandota,esa del deber cumplido;lleno de equivocaciones,quizá,pero cumplido al fin,y salgamos por el playón buscando nuevos desafíos,quizá sin una moneda en el bolsillo,pero...eso,qué importa??si,al final de cuentas,pase lo que pase,mañana...mañana siempre es martes.
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